La intervención del Estado se extenderá por un año y refleja cuán lejos está dispuesto a llegar el gobierno en su campaña para controlar las operaciones financieras de alto riesgo
El Gobierno chino tomó control el viernes del grupo asegurador Anbang y dijo que su presidente fue procesado, un evento dramático que destaca la firme determinación de Pekín de impedir los gastos excesivos de conglomerados del país en su intento por disminuir los riesgos financieros.
Anbang Insurance Group violó normas de supervisión que "podrían poner en grave peligro la solvencia de la compañía", dijo la Comisión de Regulación de la Industria de Aseguradoras de China (CIRC por sus siglas inglés) en un comunicado tras la anunciar la intervención, sin ofrecer más detalles.
El CIRC también dijo que el presidente de Anbang y accionista clave, Wu Xiaohui, enfrenta cargos relacionados con delitos financieros. El ejecutivo fue arrestado en junio cuando escalaron las dificultades de uno de los compradores más agresivos de China de activos en el exterior.
La fiscalía de Shanghái dijo en un comunicado el viernes que Wu recientemente fue acusado de fraude en recaudación de capitales y abuso de su posición y que su caso fue enviado a la corte de intermediación de la ciudad para su procesamiento.
Durante la intervención del Estado chino en Anbang Group, que se extenderá por un año a partir del viernes, la compañía será gestionada por un grupo de funcionarios del CIRC, el banco central, otros reguladores financieros y entidades del Gobierno.
El Gobierno intentará llevar a cabo una reestructuración de activos de la gigante aseguradora, incluso mientras mantiene a Anbang operando en forma habitual, a fin de proteger los derechos e intereses de consumidores y accionistas, dijo CIRC.
La intervención del Gobierno a Anbang, que dice tener US$310.850 millones en activos y se encuentra en el número 139 de la lista de Global Fortune, representa un golpe definitivo al conglomerado, más conocido por haber adquirido el icónico hotel Waldorf Astoria de Nueva York.
La toma de control sin precedentes de una gigantesca compañía privada también refleja cuán lejos está dispuesto a llegar al gobernante Partido Comunista en su campaña para controlar las operaciones financieras de alto riesgo, enviando una señal a las empresas consideradas más osadas.