El hospital de la Universidad de Sinchuan realizará, en agosto, el primer ensayo de esta tecnología de modificación genética en pacientes con cáncer.
Cluster Salud. Según informa la revista Nature, científicos chinos del hospital de la Universidad de Sinchuan, serán los primeros en usar la tecnología de modificación genética CRISPR en humanos. El grupo dirigido por el oncólogo Lu You, trabajará con pacientes que padecen cáncer de pulmón de células no pequeñas con metástasis y otros donde no haya funcionado la radioterapia, la quimioterapia u otros tratamientos."Las opciones que quedan son muy limitadas y esta técnica es una gran esperanza para todos los pacientes de cáncer que tratamos a diario", señaló Lu You.
Este primer ensayo usará el método CRISPR/Cas 9, que es una herramienta molecular que tiene la capacidad de modificar el genoma de cualquier célula, reestructurando secuencias de ADN. Los científicos buscarán extraer linfocitos T de la sangre de los pacientes, con el fin de aplicarles dicha técnica de modificación genética e intentar eliminar un gen que contiene a la proteína PD-1, que es la que genera una respuesta del sistema inmune para evitar cualquier ataque o amenaza para las células.
Después de sacar a los linfocitos T, se volverán a colocar en la sangre de los participantes, para tratar de que, con el bloqueo de la PD-1, se incremente la reacción frente a las células cancerígenas. "Eso sería más poderoso que los anticuerpos", expresó Timothy Chan, investigador clínico en inmunoterapia en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.
Sin embargo, la técnica no asegura el éxito y podrían surgir un inconvenientes. Según Chan, como estos linfocitos están implicados en muchos tipos de respuestas, podría ocurrir que la modificación genética, provocara una contestación inmunológica excesiva generando que las células reintroducidas en el organismo, ataquen al intestino, las glándulas de adrenalina y otros tejidos.
La compañía de biotecnología Chengdu MedGenCell será la que analice y valide las células que se sustraerán, para tener certeza que se eliminen los genes precisos antes de reintroducirlas en el torrente sanguíneo.
A fines de 2016, Estados Unidos tiene pensado desarrollar un experimento de similares características parar extraer la proteína PD-1, pero por medio de dos terapias basadas en anticuerpos.