Marea de algas rojas tóxicas pone en peligro cosecha anual de algas verdes comestibles, sustento de buena parte de poblaciones costeras.
Los residentes de la ciudad costera china de Qingdao están familiarizados con las mareas verdes que suelen aparecer en verano.
Pero este año algo no es igual: la masa de algas ha cambiado de color, con tonos rojos y marrones mezclados con el verde habitual.
Las fotos aéreas muestran que la costa parece un gran lienzo con pinceladas verdes, rojas y marrones sobre un mar azul.
Los oceanógrafos aseguran que las algas verdes, que son mayoría, no son tóxicas, pero que las rojas, formada por un tipo llamado Karenia mikimotoi, es dañina y puede amenazar la vida marina.
La masa de algas verdes, que son del tipo Ulva prolifera, aleja a los visitantes playeros, dañando el turismo local, que es una de las principales industrias de la economía de Qingdao y de las cercanas ciudades costeras.
Un reciente estudio confirmó que el incremento de algas verdes fue provocado por la plantación de un tipo de alga verde llamada Porphyra en la cercana provincia de Jiangsu al sur, apunta Yu Rencheng un científico del Instituto de Oceanografía subordinado a la Academia de Ciencias de China.
La Porphyra, conocida como "zicai" en chino, se puede comer y desempeña un papel importante en la alimentación de los países de Asia Oriental.
Los granjeros de la costa norteña de Jiangsu usan balsas flotantes en aguas poco profundas para cultivarla. En primavera, la insolación y el incremento de la temperatura de las aguas son ideales para que la Ulva prolifera crezca en los bordes de las balsas, explica Yu.
Cuando los granjeros cosechan la Porphyra, los botes y la Ulva prolifera que llevan pegada son dejados en el mar. La alga, que crece muy rápido, se junta y forma una masa flotante gigante que los vientos y las corrientes llevan al norte.
Las autoridades, que ya han identificado el origen del problema, han aplicado una solución simple y efectiva. Aconsejaron a los granjeros de Porphyra que lleven a la costa las balsas con la Ulva prolifera en vez de dejarlas en el mar después de la cosecha.
Otro científico en el Instituto de Oceanografía, Sun Song, quien encabeza la actual investigación, indicó que la masa de Ulva prolifera en el Mar Amarillo se ha reducido casi a la mitad. En la costa norteña de Jiangsu, la disminución es más evidente. En mayo, las algas verdes pesaron 98.600 toneladas, muy por debajo de las 500.000 toneladas durante el mismo periodo del año pasado.
Pero esta situación es solo una parte de la ecuación. El punto más preocupante es que las algas verdes están siendo reemplazadas por mareas marrones.
La alga marrón Sargazo compite por el mismo espacio que la Ulva prolifera. En el pasado, ambas se mezclaban, pero recientemente la Sargazo ha ganado peso, informó Yu. Este año en el norte de Jiangsu se pesaron 19.700 toneladas en vez de las 900 del ejercicio anterior. Los científicos no han encontrado una explicación para este fenómeno.
Mientras que la mancha verde y marrón de 312 kilómetros cuadrados se mueve cerca de Qingdao y la ciudad cercana de Rizhao, los expertos han observado otra marea roja de 50 kilómetros cuadrados formada por la alga K. mikimotoi en la superficie del mar.
"Las mareas rojas son raras en el Mar Amarillo", señala un oceanógrafo que no quiere identificarse. Añade que "significa que el ecosistema del Mar Amarillo se está volviendo más frágil".
Yu Zhigang, presidente de la Universidad Oceánica de China, explica que las mareas verdes, marrones y rojas apareciendo a la vez suceden por una combinación de causas "muy complejas", pero que generalmente se asocian al cambio climático y el incremento de las actividades humanas.
Yu Rencheng describió en un documento de investigación que la rápida urbanización, el uso excesivo de fertilizantes y el cultivo piscícola intensivo en aguas poco profundas han contribuido a este fenómeno.
Antes de 1990, las mareas rojas se veían raramente, pero empezaron a ser frecuentes desde 2000 no solo en Shangdong, sino también en la bahía de Bohai, en la desembocadura del río Yangtse, y a lo largo de la costa sureña de la nación.
A pesar de ello, Yu Rencheng destaca que las mareas de algas no solo son un problema en China, sino también en el mundo. Las experiencias pasadas muestran que la limpieza lleva años.
Los italianos cosechan la Ulva prolifera para hacer abono. Sun indica que también se puede usar como comida, mientras que la Sargazo es un elemento esencial para el cultivo de pepinos de mar. Mientras que los científicos continúan investigando para encontrar las causas y soluciones a este problema, las esperanzas están puestas en soluciones que emplean este tipo de algas para otros propósitos.