Estados Unidos debería "respetar realmente los principales intereses de China y sus preocupaciones", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi.
Pekín/Washington. La venta de armas de Estados Unidos a Taiwán dañaría la seguridad nacional de China, dijo su canciller, aumentando la retórica en una disputa que amenaza con profundizar las diferencias entre las potencias.
El ministro de Relaciones Exteriores Yang Jiechi fue el último y el funcionario de más alto rango en denunciar el plan de venta de armas que Washington anunció el viernes.
El Gobierno estadounidense defendió la propuesta, un paquete por unos 6.400 millones de dólares, diciendo que es necesaria para impulsar la seguridad regional.
Yang, en un viaje por Chipre, dijo que China y Estados Unidos han mantenido muchas discusiones sobre la venta de armas, pero que Washington ha ignorado las demandas de Pekín de que se suspendan, informó el domingo la agencia oficial de noticias Xinhua.
Estados Unidos debería "respetar realmente los principales intereses de China y sus preocupaciones, e inmediatamente revocar la decisión equivocada (...) para evitar dañar más las relaciones entre China y Estados Unidos", dijo Yang.
El funcionario dijo que la medida de Estados Unidos "daña la seguridad nacional de China y la gran tarea de reunificación" con Taiwán.
Pekín ve a Taiwán como una ilegítima provincia separatista. En un reflejo de cuán sensible es el tema, los usuarios de internet en China llamaron a boicotear al importante exportador estadounidense Boeing y otras compañías vinculadas con las ventas.
China se ha opuesto durante años a toda venta de armas estadounidenses a Taiwán. Sin embargo, por primera vez, Pekín busca presionar a Washington al sancionar a las compañías privadas cuyas armas están involucradas en la venta.
Sanciones. China dijo que impondría sanciones no detalladas contra las firmas y que reducirá la cooperación internacional con Estados Unidos a menos que éste cancele el paquete.
Pekín planea posponer o suspender parcialmente parte de su cooperación militar, incluida una serie de visitas planeadas para este año, entre ellas el viaje del secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, a China, reuniones entre los principales comandantes militares y visitas de barcos a ambos países, dijo Xinhua.
"Especialmente en un momento cuando el mundo aún debe salir de la crisis financiera, y también enfrenta problemas globales como el cambio climático, seguridad alimenticia y la no proliferación nuclear, no es de interés de Estados Unidos experimentar reveses en la relación China-Estados Unidos", dijo la agencia.
Funcionarios estadounidenses intentaron suavizar la disputa el sábado.
"Lamentamos que el Gobierno chino haya anunciado que planea reducir los intercambios militares y otros relacionados con seguridad. También lamentamos las medidas contra firmas estadounidenses que abastecen de artículos de defensa a Taiwán", dijo P.J. Crowley, portavoz jefe del Departamento de Estado.
"Creemos que nuestra política contribuye a la estabilidad y la seguridad en la región", agregó.
Andrew Yang, viceministro del Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán, dijo que la venta involucraría armas de defensa que podrían ayudar a evitar hostilidades.
"Esto es mejorar la defensa de Taiwán contra cualquier ataque de Pekín. Pekín se lo pensará dos veces. Por eso se opone a la venta de armas desde Estados Unidos", dijo el funcionario a Reuters.
El enfrentamiento entre China y Estados Unidos sucede pese a una mejora en la cooperación con Taiwán y la furia de Pekín se ha enfocado en Washington más que en Taipei.
Entre las ventas, que están sujetas a la aprobación del Congreso, se encuentran los helicópteros Black Hawk, sistemas antimisiles Patriot y misiles de ataque marítimo y terrestre Harpoon.
Boicot. El Global Times, un popular periódico chino con una tendencia nacionalista, y un portal de internet, Sohu, lanzaron una petición online protestando por las ventas.
La petición causó llamados a boicot de productos estadounidenses y denuncias contra Estados Unidos.
Pero otros residentes de Pekín mostraron poco entusiasmo por el boicot.
Connie Zhang, afuera de un local de la cadena estadounidense de comida frita KFC en el elegante distrito de Sanlitun de Pekín, dijo: "Que idea más tonta. ¿Quién sugeriría algo así? Yo sólo estoy interesada en la paz. No quiero saber nada con la política".
Representantes de las compañías involucradas en la venta de armas no realizaron comentarios de inmediato o no respondieron a los llamados.
Pese a que cooperan en contraterrorismo, control de armas nucleares, cambio climático y otros temas, Pekín y Washington están enfrentados por el comercio, el estricto control de China sobre su moneda, las políticas en el Tíbet y la censura a internet.
La disputa amenaza con dañar toda la relación diplomática entre los dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Washington ha buscado el respaldo de China en los problemas con Irán y Corea del Norte y en la lucha contra el cambio climático, y se está preparando para una cumbre mundial sobre armas nucleares en abril.