El país latinoamericano concentra casi la mitad de las inversiones de Beijing en el continente sudamericano. ¿Seguirá siendo así, pese al factor Bolsonaro? Analista del CEBC aventura a AsiaLink algunas claves.
El refrán dice que una imagen vale más que mil palabras. Y, para muchos, el video de la reunión de Bolsonaro y su ministro Guedes calificando a China como un socio que “no te aguantas, pero con los que tienes que hablar”, terminó siendo más que elocuente.
No es un misterio la predilección del presidente brasilero por EE.UU. en detrimento de la nación asiática, pero sabemos que a veces un mandatario no representa el sentimiento de su país.
O siquiera de sus funcionarios, porque a principios de este mes el Ministerio de Infraestructura de Brasil presentó una serie de oportunidades de inversión en el sector de infraestructura del país a autoridades y empresarios chinos durante un evento a través de Internet.
En la apertura del evento, el embajador chino en Brasil, Yang Wanming, señaló que la cooperación bilateral en el área de infraestructura tiene una buena base y gran complementariedad, con inversiones chinas acumuladas en Brasil de cerca de US$80 mil millones, y una gran parte fue destinada a infraestructura.
"Las empresas chinas acompañan de cerca proyectos específicos de este sector y están optimistas con las perspectivas de inversión de largo plazo en Brasil. Están dispuestas a intensificar y agilizar las comunicaciones para encontrar modelos de cooperación consistentes con las expectativas de ambas partes", afirmó en la ocasión a la agencia Xinhua.
AsiaLink conversó con Tulio Cariello, coordinador de análisis e investigación en el Consejo Empresarial Brasil China (CEBC) y autor de un estudio sobre el tema de las inversiones del gigante asiático en la nación sudamericana.
“Brasil tenía casi US$60 mil millones en inversiones chinas. Así lo indica nuestra investigación, que abarcó desde 2007 a 2018, pero seguramente si incluimos ahí los números de 2019 ya superen esa cifra”, explica al teléfono Cariello.
Eso lo transforma en el país que más recibe inversiones chinas en Latinoamérica, concentrando casi el 50% del total de atracción de inversiones chinas en la región.
En relación con las áreas económicas donde se encuentra dicha inversión, la mayoría está en energía, sobre todo hidroeléctrica. “Empresas como State Grid y China 3 Gorges tienen aquí muchas inversiones; State Grid, por ejemplo, tiene casi la mitad de sus inversiones en el exterior en Brasil, entonces es un mercado muy importante para ellos. Pero cuando hablamos de energía no solo hay inversiones en el sector hidro, sino también en petróleo, energías renovables, y es interesante notar que, por ejemplo, las principales empresas de petróleo chinas ya están en Brasil hace un rato”, recalca el profesional de la CEBC.
Además de ese sector, existen muchas inversiones en varios sectores, como los materiales para construcción, coches y tecnología.
Política versus inversiones. El Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC) fue fundado en 2004. Es una institución bilateral sin fines de lucro, que se compone de dos secciones independientes, una en Brasil y la otra en China, con la idea de promover el diálogo entre empresas ubicadas en ambos países y con la meta de mejorar el clima comercial bilateral.
Una de las conclusiones del estudio de Cariello es que en Brasil en 2018, hubo una caída considerable en las inversiones chinas confirmadas a alrededor de US$3.000 millones, un 66% menos que los US$8.000 millones invertidos en 2017.
Además de la reducción global de las inversiones de China en América Latina, el caso brasileño fue aún más marcado por las incertidumbres que provocó el fin de un gobierno de transición y un año electoral particularmente problemático, en el que las declaraciones hostiles hechas por el actual presidente Bolsonaro sobre China durante su campaña también crearon incertidumbres sobre la relación bilateral.
A pesar de eso, Cariello recalca que las inversiones chinas en el extranjero no se hacen por razones ideológicas y que el interés de China en invertir en Brasil es pragmático.
Según el estudio, las decisiones de inversión se definen por una estrategia de mercado y las oportunidades que surgen, y se ejecutan de acuerdo con la ley brasileña. El presidente Xi Jinping anunció en la reunión China-CELAC de 2015 que China invertiría alrededor de US$250 mil millones en América Latina y el Caribe en la próxima década, lo que indica que la región continuará atrayendo el interés de China.
“En general, creo que este tema político no afecta tanto a las inversiones, porque la primera cosa que ve China al invertir es el mercado, (ellos funcionan) con lógica económica, y si es buen mercado para invertir lo van a hacer. Hay empresas que ya están invirtiendo (en Brasil) hace tiempo, entonces no tienen interés en salir debido a que el gobierno de Bolsonaro no sea pro China; las inversiones se quedarán más tiempo que Bolsonaro, eso no es problema”, sostiene el experto.
Además las inversiones anunciadas y confirmadas por China en Brasil en 2018 alcanzaron un número récord de 42 proyectos.
Brasil, “es el centro de gravedad obvio para las inversiones en la región, y el país continuará influyendo en la política exterior de Beijing en la región” agrega Cariello.
El factor Coronavirus. Las cosas en 2019 ya venían difíciles para muchas economías, pero al cambiar de año empeoraron con la presencia del coronavirus.
“China, que fue uno de los primeros países en tener el COVID-19 ahora ya está volviendo a la normalidad, pero la estrategia china de recuperación económica es inversiones en China y no en el extranjero. A muchos países les pasará lo mismo también, pero el caso de Brasil estamos lejos de pensar en recuperación económica porque aún estamos en el peor momento de la crisis”, explica Tulio.
Así las cosas, Brasil no está en un buen momento económico y su imagen en el extranjero se ha deteriorado mucho. “Ahora Brasil está mucho más interesado en hacer un proyecto interno, pero creo que en la situación actual, el ambiente de negocios no está muy bueno. Sobre todo porque se sabe es uno de los países con más muertes por COVID-19, en poco vamos a rebasar a los EE.UU. en número de contagios, entonces la situación no es buena. Creo que eso seguramente va a afectar las inversiones en el país, pero no solo las inversiones chinas, las inversiones en general”, anticipa el analista.
Por ahora la economía brasileña va a sufrir mucho, advierte Cariello. “El país nunca había pasado por algo así en su historia reciente, entonces es un nuevo desafío para no solo el gobierno sino que para la población es difícil hablar de economía porque ahora la preocupación es pensar en la salud pública; estamos lejos de pensar en una recuperación económica porque todavía estamos en el peor momento de la crisis.
Logística y construcción de infraestructura. El estudio de Cariello concluye que Brasil tiene espacio para atraer inversiones chinas en industrias más allá de los sectores de inversión tradicionales, como el sector de la energía, que ya está bien explorado y actualmente está madurando.
“Nuevas inversiones en áreas en las que China tiene una gran experiencia, como logística y construcción, podrían aportar beneficios a la infraestructura poco competitiva de Brasil. Además, las inversiones chinas en el sector industrial pueden estimular potencialmente la actividad económica en el país. No menos importantes son las oportunidades de cooperación en tecnología, dado el rápido desarrollo de China en esta industria”, indica en el texto.
Un deseo que se ratificó hace dos semanas desde Beijing, cuando el director de la China International Contractors Association, Fang Qiuchen, expresó su compromiso de estimular a los miembros de la organización, que reúne a las principales empresas chinas que actúan en el exterior, para invertir y cooperar en proyectos en infraestructura y construcción en Brasil.
Según Fang, existe un gran interés en las posibilidades de negocios en el país sudamericano, especialmente en las áreas de ferrocarriles, rutas, aeropuertos y puertos.
"En el área de infraestructura vemos cada vez más empresas chinas en Brasil cooperando con empresas brasileñas en proyectos de infraestructura. Es evidente que las inversiones en infraestructura juegan un importante rol en impulsar el crecimiento económico", señaló en Xinhua.
Con referencia a la pandemia del nuevo coronavirus, subrayó que, en vista de los nuevos desafíos, "la cooperación entre China y Brasil es necesaria más que nunca".
Por su parte, la secretaria de Desarrollo, Planificación y Asociaciones del Ministerio de Infraestructura brasilero, Natalia Marcassa, afirmó que, gracias a las reformas legales promovidas en los últimos años, Brasil se ha vuelto un país más seguro para las inversiones internacionales.
"El nuestro es más que un programa de portfolio, es un ambiente de negocios. El presidente Bolsonaro puso como prioridad reforzar la seguridad jurídica", resaltó.
Añadió que el objetivo del país suramericano "es mejorar nuestra malla logística, para hacer que nuestras exportaciones sean más competitivas y reducir costos. Tenemos un agro que es muy competitivo pero nuestra logística no lo es. El conocimiento de China en esta área puede contribuir a mejorar nuestra infraestructura".
Estos anuncios van más allá de solo buenas intenciones. Esta semana se anunció que el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) del grupo "BRICS" prestará a Brasil US$1.000 millones para ayudar a combatir el daño económico de la crisis COVID-19, dijo el lunes 20 de julio la institución.
Los fondos se asignarán al programa de pago de ayuda de emergencia del gobierno federal, que según el NDB podría beneficiar a 5 millones de trabajadores informales, familias de bajos ingresos y personas desempleadas.
"El financiamiento del NDB es una herramienta importante para que el gobierno brasileño garantice una respuesta fiscal sólida para combatir la pandemia y permita que se realicen inversiones prioritarias, apoyando así la recuperación económica", dijo la entidad en un comunicado.