En contraste en el nacionalismo económico que impulsa Trump, China está al lado de la región americana.
Cuando China adoptó la política de reforma y apertura en 1978, su comercio bilateral con Latinoamérica y el Caribe era solo de US$736 millones.
Después de 40 años de acercamiento y cooperación bilateral, la suma se multiplicó por más de 350 hasta situarse en US$260.000 millones, en 2017.
Y el crecimiento va a continuar: recientemente, China se comprometió a expandir la apertura y la reforma para construir una economía mundial abierta y beneficiosa para todos, en medio de los crecientes desafíos del unilateralismo y el proteccionismo.
A juicio de los especialistas, la región de Latinoamérica y el Caribe será sin duda uno de los beneficiarios de la mayor apertura de China, a través de la sinergia de sus modelos de desarrollo y la fusión profunda en las cadenas de valor.
Foro de Boao. En la conferencia anual del Foro de Boao para Asia, que se celebró entre el 10 y 11 de este mes, China confirmó su compromiso a ampliar de manera significativa el acceso a su mercado, crear un ambiente de inversión más atractivo, fortalecer la protección de los derechos de propiedad intelectual e impulsar incesantemente las importaciones.
En concreto, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que Beijing garantizará la materialización de las medidas adoptadas el año pasado para relajar los límites de la participación extranjera en los sectores de la banca, los valores y los seguros.
Además, anunció que China completará en la primera mitad del año la revisión de la "lista negativa" sobre la inversión extranjera e implementará de forma generalizada el sistema de gestión basado en el trato nacional previo al acceso y la "lista negativa".
"En el pasado, China dependía principalmente de la concesión de políticas favorables para los inversionistas extranjeros, pero ahora vamos a tener que depender más de la mejora del ambiente de inversión", afirmó el mandatario.
Por otro lado, el país asiático reducirá significativamente los aranceles a las importaciones de vehículos y algunos otros productos, y tratará de acelerar su vinculación al Acuerdo sobre Contratación Pública de la Organización Mundial del Comercio.
"China no busca el superávit comercial. Tenemos un deseo sincero de incrementar las importaciones y lograr un mayor equilibrio de los pagos internacionales en la cuenta corriente", manifestó Xi.
Para el investigador mexicano en asuntos de Asia y China de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ignacio Martínez Cortés, las nuevas medidas de apertura son un llamado preciso a promover la economía global abierta para enfrentar los cambios y vaivenes del sistema internacional.
"Xi es muy enfático en decir que China es la puerta abierta a la globalización incluyente, (...) que China impulsa el libre comercio en una nueva fase de la globalización, y también algo destacable es que al mismo tiempo deja muy claro que China no se va a meter a una etapa de nacionalismo económico", destacó Martínez Cortés.
El nacionalismo económico, protagonizado por el sentimiento anticomercial y antiglobalización, está ganando terreno en Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha lanzado una serie de políticas unilaterales en contra de los tradicionales socios comerciales, a pretexto de equilibrar la balanza comercial.
La región de Latinoamérica y el Caribe figura entre los más perjudicados. Como ejemplo, Estados Unidos se retiró del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que incluía a tres países latinoamericanos, y se obstinó en reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por considerar que ponía en desventaja a la industria de su país ante México.
Además, las autoridades estadounidenses han insinuado que, después de la renegociación del TLCAN, podría venir la de los otros acuerdos comerciales de Estados Unidos en Latinoamérica, lo que afectaría entre otros países a Chile, Colombia, Perú o Panamá.
En contraste, China está al lado de la región. En la Declaración de Santiago, aprobada en la segunda Reunión Ministerial del Foro de China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, ambas partes coincidieron en promover un sistema multilateral de comercio no discriminatorio, transparente, abierto e inclusivo.
Yue Yunxia, investigadora en Economía del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia de Ciencias Sociales de China, destacó que la contundente postura china sobre el libre comercio y el multilateralismo creará un ambiente favorable para la cooperación comercial y económica estable entre China y Latinoamérica y el Caribe.
El próximo noviembre, se celebrará en la metrópoli oriental de Shanghai la primera Exposición Internacional de Importaciones de China, en la cual se espera que participen miles de empresas de más de cien países.
"No se trata de solo una feria más en el sentido tradicional de la palabra, sino de una importante iniciativa política y un compromiso para abrir el mercado chino", destacó Xi.
China ha prometido impulsar las importaciones y ha anunciado planes para adquirir bienes y servicios por valor de más de 10 billones de dólares en los próximos cinco años.
Según Yue, la iniciativa china de ampliar las importaciones representa una gran oportunidad para las empresas exportadoras latinoamericanas de productos de alta calidad, equilibrando la balanza comercial y, al mismo tiempo, mejorando la estructura comercial con mayor participación del sector de servicios.
"La industria de servicios en Latinoamérica y el Caribe goza de una ventaja comparativa, por ejemplo en el sector de turismo, y, con el relajamiento de las restricciones de acceso al mercado chino, las empresas de servicios latinoamericanos podrán buscar su espacio en China y así impulsarán la cooperación bilateral en este comercio", apuntó Yue.
Por otro lado, resaltó que China intenta ampliar el uso de las prácticas actuales en zonas de libre comercio y estudiar la apertura de nuevos puertos de libre comercio con peculiaridades chinas, zonas especiales que están dentro de las fronteras nacionales pero fuera de la supervisión aduanera.
"La instalación de puertos de libre comercio representará una mayor oportunidad para el intercambio de todos los sectores entre China y Latinoamérica y el Caribe y ayudará a compartir las experiencias propias y alcanzar un mayor consenso sobre la liberalización y facilitación del comercio y la inversión", concluyó.