Los lugares donde se ha utilizado el sistema han registrado tasas de infección un 30% más bajas, según datos de los investigadores a cargo.
Xinhua. Científicos keniatas y holandeses han desarrollado una trampa para mosquitos, que utiliza "olor humano" para atraer a los insectos portadores de la malaria.
Los investigadores del Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Insectos (ICIPE) con sede en Nairobi dijeron que el nuevo sistema de trampas para mosquitos alimentados por energía solar se conforma de una mezcla de olor sintético que imita el olor humano.
La investigación se llevó a cabo entre 2012 y 2015 en un proyecto conocido como SolarMal, con más de 4.200 hogares en la isla de Rusinga en el oeste de Kenia.
"Este sistema de trampas para mosquitos con energía solar ha dado lugar a una disminución del 70% en las poblaciones de mosquitos Anopheles, las especies más importantes que transmiten la malaria en la zona", señaló Daniel Masiga, el investigador principal de SolarMal.
Masiga dijo en un comunicado emitido en Nairobi que los hogares que utilizan la tecnología han registrado tasas de infección de la malaria que son 30% más bajos que los que no la usan.
El control de la malaria en África depende en gran medida del uso de mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración y el manejo de enfermedades utilizando medicamentos aprobados.
Sin embargo, los mosquitos vectores son cada vez más resistentes a los insecticidas, y también se están adaptando a alimentarse afuera, lo que reduce la eficacia de las redes.
"Se necesitan urgentemente enfoques nuevos y complementarios para eliminar la malaria en 2030", añadió Masiga.
Dijo que el objetivo de SolarMal es reducir el número de mosquitos a un nivel donde la transmisión del paludismo se vuelve insignificante.
"En última instancia queremos contribuir a la erradicación total de la malaria de una manera respetuosa con el medio ambiente y sostenible", dijo el profesor Willem Takken de la Universidad de Wageningen, Países Bajos, el socio de ICIPE en el proyecto.
Debido a que el sistema de captura está basada en el sol, se ha convertido en una fuente de energía verde para la comunidad de Rusinga Island, lo que lleva a una reducción de los impactos negativos del consumo de queroseno, tales como infecciones del tracto respiratorio superior y los accidentes relacionados.
Jane Okong'o, Presidente del Consejo Asesor de la comunidad de la isla de Rusinga, comentó que el proyecto ha contribuido a la inmensa reducción de los casos de malaria en la región.
Felicitó a la asociación, añadiendo que ha ayudado a la comunidad a identificar cómo luchar contra los mosquitos que son una amenaza en la zona.