La bebida “es fundamental para la civilización como la conocemos en Occidente”, enfatizó uno de los arqueólogos responsables del hallazgo en la capital de Georgia.
Enólogos, tomen nota: el 5980 antes de Cristo fue un muy buen año para el vino.
Científicos anunciaron el lunes el descubrimiento de la evidencia más antigua en la fabricación de vino al detectar reveladores señales químicas de la bebida alcohólica hecha de uvas en fragmentos de tarros de barro de casi 8.000 años de antigüedad en dos lugares a unos 50 kilómetros de la capital de Georgia, Tiflis.
El hallazgo muestra que este importante hito cultural ocurrió antes de lo previamente conocido en la región del Cáucaso sur, en la frontera de Europa del Este con Asia Occidental. Hasta ahora, la evidencia más antigua de fabricación de vino era cerámica proveniente de las montañas Zagros en el noroeste de Irán que data del 5400-5000 a.C.
“El alcohol tenía un rol importante en sociedades en el pasado al igual que ahora”, dijo el arqueólogo de la Universidad de Toronto Stephen Batiuk, uno de los investigadores del estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
“El vino es fundamental para la civilización como la conocemos en Occidente”, añadió. “Como una medicina, lubricante social, sustancia que altera la menta y un artículo altamente valorado, el vino se volvió el centro de los cultos religiosos, farmacopeas, cocinas, economías y sociedades en el antiguo Cercano Oriente”, explicó.
Los investigadores realizaron análisis bioquímicos para hallar componentes residuales del vino que los objetos hubieran absorbido. Patrick McGovern, arqueólogo biomolecular de la Universidad de Pensilvania, halló evidencia de ácido tartárico, un indicio de fabricación relacionada con la uva euroasiática, así como tres ácidos orgánicos asociados: málico, succínico y cítrico.
Los objetos fueron hallados en dos poblaciones neolíticas, en las que tal vez vivían unas 60 personas entre ambas, que consistían en pequeñas casas de barro. Los habitantes cosechaban trigo, criaban ovejas, cabras y ganado, y usaban herramientas simples hechas de hueso y vidrio volcánico llamado obsidiana.
Los tarros grises, algunos decorados con imágenes simples de racimos de uvas y un hombre bailando, miden 80 centímetros de alto y 40 de ancho. Evidencia de vino fue hallada en ocho tarros, la más antigua del 5980 a.C.
Igualmente, este no es el indicio más antiguo de una bebida alcohólica. Previamente se halló evidencia en China de una bebida fermentada que era una mezcla de arroz, miel y fruta y que databa de alrededor del 7000 a.C.