El primer registro escrito sobre la criatura se remonta al monje irlandés San Columba, que se dice que envió a una “bestia acuática” a las profundidades del río Ness en el siglo VI.
Un equipo global de científicos planea escudriñar las heladas profundidades del lago Ness usando ADN ambiental, en un experimento que podría determinar si el fabuloso monstruo de Escocia realmente existe o si existió.
El uso de muestras de ADN ambiental ya está bien establecido como herramienta de monitorización de vida marítima como ballenas y tiburones. Cuando una criatura se mueve en su medioambiente, deja pequeños fragmentos de ADN de piel, escamas, plumas, pelajes, heces y orina.
“Este ADN puede ser capturado, secuenciado y luego usado para identificar a esa criatura al comparar la secuencia obtenida con grandes bases de datos de secuencias genéticas conocidas de cientos de miles de organismos diferentes”, dijo el portavoz del equipo, el profesor Neil Gemmell, de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda.
El primer registro escrito sobre un monstruo se remonta al monje irlandés San Columba, que se dice que envió a una “bestia acuática” a las profundidades del río Ness en el siglo VI.
La fotografía más famosa de “Nessie”, conocida como “la fotografía del cirujano”, fue tomada en 1934 y mostraba la cabeza y un largo cuello emergiendo del agua. Sesenta años más tarde se supo que había sido un fraude en que se usó un modelo de monstruo marino adherido a un submarino de juguete.
Desde entonces se han realizado varios intentos infructuosos para rastrear al monstruo, como en 2003, cuando la BBC financió una amplia búsqueda científica que usó herramientas como el sonar y satélites para escudriñar todo el lago.
El intento más reciente fue hace dos años, cuando un dron marino de alta tecnología encontró un monstruo, pero no el que buscaba. El hallazgo resultó ser una réplica usada en la película de 1970 “The Private Life of Sherlock Holmes”, que se hundió hace casi 50 años.
El equipo de Gemmell, que está formado por científicos de Reino Unido, Dinamarca, Estados Unidos, Australia y Francia, remarca que la expedición es más que una cacería de monstruos.
“Aunque la posibilidad de ver evidencias del monstruo del lago Ness es el gancho de este proyecto, existe una cantidad extraordinaria de nuevos conocimientos que obtendremos a partir del trabajo sobre organismos que habitan en el lago Ness”, afirmó Gemmell en el sitio web de su universidad.
El científico cree que documentarán nuevas especies, particularmente bacterias, y que proveerán importantes datos sobre la magnitud de varias nuevas especies invasivas vistas recientemente en el lago, como el salmón rosa del Pacífico.
Sus hallazgos serán presentados en enero de 2019.