Inc. Magazine aconseja sobre qué hacer una vez fuera del aula.
Las universidades y escuelas de negocio son muy buenos sitios donde adquirir una batería de conocimientos y herramientas útiles para aplicar después, en la vida real. Pero con todo, siempre espera una serie de desafíos y situaciones que ningún profesor puede predecir.
Sobre ello, la publicación estadounidense Inc. Magazine ofrece un conjunto de consejos que alerten a los recién graduados, especialmente a jóvenes emprendedores, acerca de un grupo de habilidades que les serán imprescindibles.
1. Iniciar un negocio requiere altos niveles de sacrificio. Así cuentan casi unánimemente emprendedores de experiencia. Es una tarea que implica una carga enorme de estrés mental, físico, social, emocional y espiritual.
2. Rara vez el éxito llega pronto. Quienes leen historias sobre Facebook, Google, YouTube, LinkedIn o Amazon, que cuentan sobre un crecimiento casi instantáneo, no están conociendo cómo acontece con la mayoría de las iniciativas de emprendimiento. Esas son excepciones. Incluso entre estas, a LinkedIn le tomó años para conseguir generar ganancias. Y esto es algo a tener en cuenta sobre todo por aquellos que pertenecen a la generación Y en adelante, quienes son poco pacientes por estar adaptados a emplear una tecnología que les permite tener lo que quieren, cuando lo quieren. Si se trata de comprometerse con una idea de negocio significativa y sólida, es necesario prepararse para un proceso que tomará años. La crisis económica con su recesión tampoco facilita las cosas.
3. Es necesario prepararse para giros súbitos. En otras palabras, ser flexible y de mente abierta a captar los signos de la necesidad de un cambio de dirección para la empresa. Quizás la visión iniciál del rumbo que debía tomar la compañía no resulta el mejor en la práctica.
4. Los verdaderos secretos para las ventas no se pueden enseñar. Más allá de si se vende un producto o un servicio, lo crucial es cerraar un trato, una vez de frente a clientes o consumidores. Pero lo que hace falta para conseguirlo son más habilidades personales de comunicación que técnicas que se aprenden en el aula. Nadie puede enseñarnos cómo leer con certeza la voluntad de un cliente o lo que piensa. Por eso contar con un buen agente de ventas es un valor inconmensurable para la compañía.
5. Piensa en grande, incluso aunque la compañía sea pequeña. Lo primero que se piensa al iniciar un negocio es cómo se le puede hacer crecer en el menor tiempo. Se trata al menos de ganar una distribución nacional. Sin embargo, lo primero que debería pensarse es cómo establecer una huella sólida en un mercado local. Lo ideal para cada negocio es que descubra y siga su propio ritmo, y no que se apure y caiga en trampas como las de aceptar los socios equivocados.