Una lista mal elaborada puede arruinar tus proyectos y convertirse en una fuente de estrés y frustración.
La función principal de una lista de tareas es la de mantenerte organizado y tranquilo, sabiendo que no te olvidas de nada. Pero si la dejas crecer sin más, puede producir un efecto completamente diferente.
Una lista mal elaborada, puede arruinar tus proyectos y convertirse en una fuente de estrés y frustración.
Ante esto te compartimos estos cinco errores que posiblemente estés cometiendo al armar tu lista de pendientes y que son fáciles de corregir para que logres completar tus tareas y lograr tus objetivos a corto, mediano y largo plazo.
1. No ordenas por inmediatez. Recuerda comenzar tu lista de pendientes con tareas que te permitan completar otras tareas o que coincidan de manera natural con la progresión de tu día a día.
2. No estás agrupando tareas. Si tienes una larga lista de pendientes, probablemente te canses antes de siquiera comenzarla, por lo que se recomienda agrupar las tareas en diversas categorías o fechas, ya sea para diferenciar lo que tienes que hacer en la mañana o en la noche o que estén relacionados con aspectos familiares o de trabajo. Así además de diversificar, podrás evaluar que tareas puedes posponer.
3. Ignoras los tiempos estimados. Dedica a cada tarea un tiempo razonable y calcula tiempo extra para alguna distracción o descanso que te permita evitar saturarte con todas las tareas que tienes planeado realizar.
4. Evitas delegar. A pesar de lo placentero que puede ser lograr hacer todo uno solo, a veces puede ser de mucha ayuda contar con un par de manos extra y delegar ciertas responsabilidades al resto de la gente para así poder cumplir con los pendientes que tengas.
5. No estás concibiendo una meta a largo plazo. Piensa constantemente cuáles son tus metas a largo plazo y observa si tu lista de tareas incluye algunos pasos para lograr lo que te propongas. Pregúntate constantemente si lo que estás haciendo te permitirá sólo cubrir tus necesidades diarias o te ayudan a conseguir algún objetivo mayor. Al cambiar tu perspectiva podrás decidir si ciertas tareas necesitan realizarse o no y en cuánto tiempo.