Cinco lugares para escaparse por el día en los alrededores de Moscú
Miércoles, Agosto 31, 2016 - 10:21
Si está en la capital rusa y quiere asomarse a la diversidad del país sin tener que ir a Siberia, eche un vistazo a estos lugares de fácil acceso.
Russia Beyond The Headlines | Arquitectura, arte sacro, la finca de Chéjov convertida en museo y colecciones que reflejan el poderío militar aéreo. Las atracciones se acumulan en las cercanías de Moscú, en un portafolio coronado por zonas patrimoniales reconocidas por la Unesco.
1. Sérguiev Posad
En esta ciudad, situada a 70 km al noreste de Moscú, se encuentra el monasterio de la Trinidad y San Sergio, el más importante del país.
Es uno de los pocos lugares de Rusia en el que se puede apreciar la evolución arquitectónica de las iglesias rusas, desde el siglo XV hasta la actualidad.
San Sergio de Rádonezh, un venerado santo ruso, fundó el monasterio en 1345, y a lo largo de los siglos se añadieron numerosas estructuras.
Los amantes del arte tienen la oportunidad de admirar las obras de Andréi Rubliov y Daniil Chiorni que adornan las paredes de la entrada. Los frescos de esta catedral del siglo XV fueron creados por destacados pintores.
Otro lugar que merece una visita es la Catedral de la Asunción, construida por orden de Iván el Terrible en 1559.
Cómo llegar: cada 30 minutos salen trenes desde la estación de tren Yaroslavski en Moscú. También se puede llegar en el autobús 388 desde la estación de metro VDNJ.
2. Mélijovo
En este pueblo situado a 75 km de Moscú se encuentra la antigua finca de Antón Chéjov.
El escritor se mudó aquí desde Moscú en 1892 y permaneció hasta 1899. Fue en este lugar donde escribió La gaviota y otras obras clásicas.
“Mi finca no es nada bonita, pero los alrededores son magníficos”, dijo Chéjov. Actualmente es un museo que conserva el ambiente del siglo XIX y es posible visitar el despacho de Chéjov, así como otras habitaciones.
Cada mayo, durante una se celebra un festival teatral.
Cómo llegar: hay trenes de cercanías a Chéjov que salen de manera regular desde la estación de tren Kúrskaya en Moscú. Desde Chéjov hay que viajar en el autobús 25 hasta la finca.
3. Mónino
A nadie se le ocurriría visitar Mónino, ubicado a 35 km al este de Moscú, si no fuera por uno de los museos de aviación al aire libre más impresionantes del mundo.
El Museo Central de las Fuerzas Aéreas Rusas de Mónino cuenta con 173 aparatos y más de 100 motores. La instalación fue una base aérea desde 1932 hasta 1956, año en el que se convirtió en un museo.
Además de aviones de la Segunda Guerra Mundial: el Mi-12 Homer helicóptero de doble motor y el avión anfibio Bartini Beriev VVA-14, el museo cuenta con otros objetos, como el uniforme del piloto capturado a Gary Powers.
Cómo llegar: los trenes de cercanías a Mónimo salen regularmente desde la estación de tren Yaroslavski. Para evitar rutas de autobús que pasan por zonas militares, recomendamos viajar en taxi desde la estación. También se puede tomar el autobús 322 hasta Mónino desde la estación de metro Partizánskaya.
4. Yaroslavl
Esta ciudad histórica, situada en la confluencia de los ríos Volga y Kotorosi, está a unos 250 km al noreste de Moscú. Es parte del Anillo de Oro y está incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El centro de la ciudad, que se recorre a pie, cuenta con alrededor de 140 monumentos protegidos.
El monasterio Spaso-Preobrazhenski, que, según dicen, fue fundado en el siglo XII, es uno de los complejos religiosos mejor conservados de la ciudad. Es posible subirse a un campanario de 32 m de altura construido a mediados del siglo XVI y disfrutar de unas vistas maravillosas.
Cómo llegar: hay trenes a Yaroslavl que salen regularmente desde la estación de tren Yaroslavski. Si planean pasar allí un día, recomendamos tomar el tren que sale a las 07:35 (para llegar a las 10:51) y el tren de vuelta a las 19:32 (para llegar a las 22:53).
5. Tver
Si les parece que Yaroslavl está demasiado lejos de Moscú para un día de viaje, Tver, a 160 km, es una buena alternativa.
Esta ciudad, ubicada en la confluencia de los ríos Tvertsa y Volga, fue fundada en 1135. Los edificios más antiguos desaparecieron en un incendio en 1763, pero fueron posteriormente rediseñados para Catalina II. La emperatriz descansaba aquí cuando viajaba entre Moscú y San Petersburgo.
En la ribera hay destacados ejemplos de la arquitectura de los siglos XVIII-XIX. Debido al pequeño tamaño de la ciudad, el centro puede ser explorado a pie.
La plaza con la estatua de Afanasi Nikitin, que fue un comerciante del siglo XV y uno de los primeros europeos en viajar a la India y documentar su estancia, es un popular lugar de encuentro así como lo es también el puente Starovolzhski.
Cómo llegar: hay trenes que van a Tver desde la estación de tren Leningradski y que salen con regularidad. Hay varios tipos de tren y el más rápido llega en poco más de una hora.