Desde su aparición, en el año 2.000 a. de C., y hasta la actualidad, la pasta ha sido sinónimo de energía, de alimentación saludable y de saciedad. Atributos que se ha ganado gracias a las propiedades de sus nutrientes: vitaminas B1 y B2, hierro, niacina y ácido fólico.

 

“Se clasifica dentro del grupo de los carbohidratos, es el combustible preferido de muchos órganos del cuerpo, sobre todo del cerebro y los músculos. Es tan importante y esencial como las proteínas y grasas, necesarias para el buen funcionamiento del organismo”, afirma Diana Bernal, nutricionista y dietista de la Universidad Javeriana.

 

Asimismo, aclara que cuando en el proceso de producción se les añaden vitaminas y minerales se convierten en pastas enriquecidas, pero si se les adicionan proteínas o leche, son pastas fortificadas. Con respecto a la creencia de que este alimento atenta contra una figura esbelta, Bernal cuenta que una porción de pasta (60 g) aporta 218 kilocalorías, 5,8 g de proteína, 0,2 g de grasa y 44,8 g de carbohidratos. “Es como cualquier alimento, que en exceso puede aumentar las calorías y, por lo tanto, el peso”.

 

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine, de la American Medical Association, mantener una dieta alta en carbohidratos y baja en grasa se asocia con menores niveles de ansiedad y depresión, así como con una mayor sensación de bienestar en el ámbito psicológico. También ayuda a las personas a sentirse más felices con respecto a quienes consumen mayores cantidades de carnes y lácteos.

 

Datos que quizá han incidido en las buenas cifras de este producto en Colombia. Según el reporte anual 2014 del Grupo Nutresa, el mayor productor nacional con el 52,3% de participación en el mercado y el fabricante de las marcas Doria, Comarrico y Monticello, en 2014 las ventas totales alcanzaron los $238.000 millones, mientras que en 2013 la cifra había sumado $231.000 millones. Actualmente las pastas representan el 3,7% del total de las ventas del Grupo.

 

 

A continuación, conozca cinco razones para disfrutarla sin tener remordimientos.

 

 

La pasta, sobre todo la integral, contiene fibra que ayuda a la digestión y, además, estimula la sensación de saciedad. Desde hace unas décadas las fuentes de fibra han adquirido un valor preponderante, luego de que varios informes afirmaran que disminuyen los niveles de colesterol y contribuyen a la prevención de enfermedades como el cáncer de colon.

 

 

Por su alto contenido de carbohidratos de absorción lenta se recomienda cuando se necesita un aporte extra de energía. Es un alimento esencial para niños, mujeres embarazadas y deportistas.

 

 

Cuando se combinan con otros alimentos saludables, como el aceite de oliva, verduras, queso, pollo, pescado o carne, aumenta su valor nutricional. Estas combinaciones, incluso, hacen que contribuya a bajar el índice glucémico de las comidas.

 

 

Por ser fuente del principal sustrato energético del cerebro se requiere en una dieta saludable. Entre sus bondades se destaca que ayuda a mantener las reservas de glucógeno en los músculos y a reponer reservas de energía. Por ello es ideal para consumirse antes y después de hacer ejercicio, entrenar o competir.

 

 

Por su composición es un alimento que se digiere mucho más lento que otros. Esta característica termina convirtiéndose en un beneficio, ya que ayuda a que el cuerpo absorba mejor todos sus nutrientes.

El Espectador