Las siete cascadas, el faro de 278 escalones y el molino eólico controlado satelitalmente desde Dinamarca forman parte de, al menos, una decena de puntos atractivos de este balneario fundado en 1920.
Conocido como el "paraíso de los pescadores", la localidad argentina Claromecó no sólo invita a probar el pique de la corvina negra, también a practicar canotaje, esquí acuático, remo, kayaquismo y surf. Su signo distintivo: allí el sol nace y se pone sobre el mar.
El paseo del Arroyo y las 7 Cascadas, el barrio residencial Dunamar, el Museo Regional Aníbal Paz, el Faro de los 278 escalones, el Club de Campo Santana y el Molino Eólico controlado satelitalmente desde Dinamarca, son algunas de las múltiples opciones que ofrece este balneario, fundado en 1920.
El Paseo por el Arroyo y las 7 Cascadas, ofrece al turista un llamativo recorrido de casi 5 Km, antes de desembocar en el mar. Desde puerto Mosquito parten las embarcaciones tipo kayak o canoas, para participar de la aventura de recorrer el cauce aguas abajo, desafiando con los remos el vaivén de las cascadas. No es un deporte extremo, pero navegar grupalmente es recomendable.
El circuito también puede recorrerse a pie, caminando en paralelo al río, para observar cada una de las cascadas, siendo el séptimo salto el de más altura.
A la vera del arroyo se dejarán ver aves de diferentes tipos, especialmente loros barranqueros que dejan oír su particular chillido. También una variada vegetación natural acompaña este singular paseo.
El faro, uno de los íconos de Claromecó, se encuentra a 2 kms del centro. Su altura, de unos 60 metros, lo coloca como el segundo más alto de Sudamérica. Para alcanzar su cima, se deben subir 278 escalones de su fascinante escalera caracol.
En su base, los restos óseos de una ballena forman parte de la decoración del lugar. El foco de 1.000 watts de potencia, se enciende por las noches. A partir de la inauguración de este faro, en 1922, se han evitado decenas de naufragios.
Dunamar, es un barrio residencial, que se encuentra separado del resto de la localidad por el arroyo Claromecó. Fue Ernesto Gesell, hermano de Carlos, fundador de Villa Gesell, quien creó el lugar.
Con la colaboración de su familia, forestaron la zona, realizando un gran trabajo de fijación de dunas, que luego enriquecieron con una tupida vegetación: eucaliptus, pinos marítimos y álamos, se fueron distribuyendo por un original trazado urbano, dándole a este barrio residencial un bellísimo marco, que se completa con hermosas construcciones rodeadas de incomparables jardines.
En este barrio está ubicado el parador Barlovento. Según palabras de Pablo Etcheves, consumado escritor sobre Argentina desde La Quicaca a Ushuaia: "Basta con abrir sus puertas para encontrar magia desde el primer instante en que se alzan los ojos. Con aire de barco que siempre mira el mar (que siempre está a "barlovento"), este parador es ideal para escritores, historiadores y todo aquel soñador que esté buscando un lugar para anclar su corazón".
El Museo Regional Aníbal Paz es parecido a una pequeña biblioteca. Anibal, su fundador, dedicó gran parte de su vida a buscar documentación sobre la historia de Claromecó. Reunió fotografías y testimonios, de hombres y mujeres, pescadores en su mayoría, que fueron poblando el lugar.
"Las 24 horas de la corvina negra", es el nombre del certamen de pesca en aguas abiertas, más importante de Sudamérica. Atrae a pescadores de todo el mundo, que anhelan llevarse las presas mayores.
Claromecó deja entonces de ser un pueblo tranquilo, para convertirse en una ciudad abarrotada de vehículos: desde las imponentes 4x4 hasta rastrojeros, camiones y furgonetas colman el balneario para participar del concurso. Su característica se basa en pescar durante todo un día, bajo el sol y bajo las estrellas. Es un bellísimo espectáculo, observar por la noche, un río de luces que se extiende a lo largo del balneario.
El imponente Molino Eólico, de alta tecnología, cuenta con 56 metros de altura, está ubicado en la entrada a la localidad y funciona con vientos mínimos de 4 km/h y máximos de 100 km/h . Es controlado satelitalmente desde Dinamarca.
El Golf Santana abarca 30 hectáreas, se halla sobre un terreno ondulado, circundado por dunas y pinares, y posee 9 hoyos. En temporada alta, desde diciembre a marzo, todos los fines de semana hay torneos.
En la duna más alta del predio se ubica un amplio salón con capacidad para 120 personas, con servicio de restaurante y confitería.
Se arriba a Claromecó desde la ciudad de Tres Arroyos, recorriendo 69 Km por las rutas provinciales 228 y 73; o desde Necochea, unos 138 Km por las rutas provinciales 228, 72 y 73. Desde Buenos Aires, hay que ir por la ruta nacional 3 hasta empalmar, a la altura de Tres Arroyos, con la ruta nacional 228 y luego con la provincial 73. En total son 560 Km.