Por Bruno Interlandi, Chief Marketing Officer, Wormhole.
La marca de nuestra época es, sin duda, el aprendizaje constante o lifelong learning. En los años que están por venir, tendremos dos opciones claras por delante: mantenernos actualizados o perder la capacidad de adaptarnos a un mercado laboral que se está redefiniendo y llevará a reciclarnos profesionalmente varias veces en la vida. Sin una disciplina de capacitación constante, nos veremos impedidos de asumir los nuevos desafíos que plantea un mundo en permanente cambio y evolución.
Prepararnos, adaptarnos y sobrevivir, será la consigna. De lo contrario, las compañías socavarán sus posibilidades de crecimiento, e incluso su viabilidad. Mientras que los empleados y profesionales, boicotearán su empleabilidad y opciones de progreso.
Empresas y profesionales están entendiendo este contexto, y adoptando las medidas necesarias para garantizar su subsistencia:
- Las academias corporativas se consolidan como un instrumento eficaz para vehiculizar programas de formación continua, potenciando el talento colectivo, e impulsando el desarrollo de habilidades y competencias en los equipos.
- Las personas invierten tiempo en capacitarse para fortalecer sus áreas de responsabilidad e interés, o prepararse para nuevos ámbitos de desempeño.
Por un lado, las empresas requieren equipos actualizados, que les permitan mantener y mejorar sus procesos y estándares de producción, enfocados en mejorar resultados y lograr objetivos superadores. A su vez, las personas necesitan capacitarse constantemente para que sus conocimientos no se tornen obsoletos, adquirir nuevas habilidades y competencias, poder estar a la vanguardia de su actividad, y tener las herramientas necesarias para adaptarse a escenarios cambiantes e híper competitivos.
Empresas y personas identifican un mismo problema o necesidad, y la solución que encuentran al desafío de crecer y progresar en nuevo contexto empresarial y profesional, es la capacitación constante. Y aquí se abre el debate sobre cuál es la modalidad más adecuada para canalizar eficazmente el lifelong learning.
Los programas de formación 100% presenciales tienen algunas contraindicaciones:
1. Mayores costos: los gastos de traslado, alojamiento y viáticos de los equipos corporativos (más aún frente a una importante dispersión geográfica), sumados a la impresión y distribución de materiales, los tornan muy onerosos.
2. Se pierde tiempo: los empleados invierten en las capacitaciones el tiempo de duración de las mismas y el de los traslados. Además, se trata de horas en las que no están en su puesto de trabajo, con el consecuente impacto que esto produce.
3. Disminuye la motivación: con el tiempo, la rigidez de los horarios y los requisitos de asistencia, hacen que los empleados se aburran y pierdan la motivación.
La formación online basada en la interacción directa entre participantes puede convertirse en una aliada perfecta para un proyecto de capacitación empresarial. De hecho, las organizaciones ya no discuten si implementarla o no, sino el grado de penetración y profundidad que tendrá en sus procesos de entrenamiento.
El Live Learning, entendido como un aprendizaje dinámico e interactivo, en tiempo real, que aprovecha lo mejor de la videocoferencia, las redes sociales, la gamificación y las tecnologías móviles, para crear experiencias que se centren en el contenido, en las personas y en sus interacciones; poniendo el foco en la mejora de los resultados.
Sus beneficios son diversos:
1. La posibilidad de acceder al contenido a través de múltiples dispositivos (móviles o una PC), durante la jornada laboral, en un viaje o desde la tranquilidad del hogar; justo en el momento exacto en el que se necesita acceder a un conocimiento, o en el instante en el que se puede invertir tiempo para adquirir una habilidad o competencia, sin importar el horario o lugar donde se encuentre la persona.
2. Reducción en gastos de viajes y alojamiento, que se traduce en una disminución de costos inmediata en el presupuesto anual del área de RRHH.
3. Todos los participantes reciben la misma información de manera simultánea y pueden intercambiar experiencias sin importar donde se encuentren. Si bien reciben al mismo tiempo los conocimientos, luego pueden elegir trayectos de aprendizaje personalizados, que se adecuen a sus necesidades y posibilidades.
4. Contar con presencias virtuales de expertos internacionales, que de otro modo sería más complicado tenerlos, por el costo económico y por sus acotadas agendas.
5. La posibilidad de grabar y luego reproducir las capacitaciones, ya que si un participante no asiste a una sesión, puede ingresar a los contenidos del curso y mirar los videos de todos los encuentros realizados, en el momento que tenga disponible.
Un estudio realizado por Capterra revelaba que las empresas que implementan e-learning, tienen una fuerza de trabajo más productiva y empleados más actualizados. Además, este tipo de entrenamiento logra que el 78% pueda optar por promociones laborales. Sus ventajas y los indicadores de mercado confirman a la formación online y el live learning, son una solución eficaz para resolver los nuevos desafíos que deberán enfrentar en lo inmediato, tanto empresas como profesionales, para progresar y ser viables en un nuevo contexto mundial.
*Por Bruno Interlandi, de Capterra.