La intimidad con la pareja a veces puede convertirse en un enemigo incontrolable.

Aunque el sexo es considerado como uno de los mayores placeres que puede experimentar el ser humano, y trae consigo beneficios en la salud, en las emociones, con la pareja y la autoestima, también es uno de los miedos a los que se enfrentan algunas personas, desarrollando comportamientos propios de ansiedad y nervios, a la hora de tener un encuentro íntimo con la pareja.

Este tipo de trastornos están asociados con el miedo “irracional” que se puede tener hacia una persona o una situación específica.  Justamente de eso se trata la coitofobia, un fenómeno que se enmarca en un “temor excesivo” a los encuentros sexuales y que, aunque suene risorio o imposible de creer puede provocar parálisis y se desarrolle un rechazo inmediato hacia el acto sexual.

Los episodios de estrés provocan que este tipo de personas eviten al máximo cualquier tipo estimulación, haciéndoles sentir además una fobia que no se puede controlar tan fácil. Muchas personas en general solemos experimentar sensaciones de miedo alrededor del sexo, por nuestro cuerpo, por no cumplir las expectativas de la pareja o por no llegar al orgasmo de una manera eficaz.

Sin embargo, cuando este miedo está enfocado en la irracionalidad, hay que entenderlo más allá de una simple inseguridad, ya que está puede estar asociada a violaciones, encuentros sexuales poco placenteros, o a alguna limitación física que no permite disfrutar del sexo.

Las personas que padecen coitofobia en determinados momentos deciden adaptarse a la vida asexual, probando otro tipo de sensaciones que pueda despertar satisfacciones y placeres sin recurrir al sexo. Este tipo de factores inciden notoriamente en las relaciones afectivas y en  frustraciones.

Para este tipo de casos lo mejor es acudir a un terapeuta sexual o un médico especializado.