Se trata de Gustavo Morales, ex presidente de Afidro, organismo que reúne a las multinacionales farmacéuticas en el país.
Desde que hace unas semanas Jaime Arias renunció a la presidencia de Acemi, la asociación que reúne a las principales EPS del país, había un rumor en el sector: Gustavo Morales, presidente de Afidro, que aglomera a las multinacionales farmacéuticas, podría ser el nuevo líder de esa organización.
La semana pasada, después de varios debates, la junta directiva de Acemi (Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral) lo confirmó: Morales, ex super intendente de Salud, será la persona que, de ahora en adelante, lidere el gremio de las EPS.
Abogado de la Universidad de los Andes y ex vicepresidente de la Cámara de Infraestructura y de Fasecolda, Morales llega en un momento de tensiones. Las dificultades presentadas en torno a Medimás y las deudas de las EPS, son algunos de los desafíos que deberá asumir. Según dijo a principios de este año Alejandro Gaviria, ex ministro de Salud, es posible que las deudas de las EPS sean cercanas a $7 billones, aunque la suma no represente una “cifra inmanejable”.
En sus últimos meses como presidente de Afidro, Morales, en representación de la industria, se opuso a algunas de los procesos que venían en marcha en el Ministerio de Salud. Como se lo manifestó en una carta al jefe de esa cartera, Juan Pablo Uribe, había tres puntos que lo inquietaban.
El primero de ellos hacía referencia a la entrada de biosimilares a Colombia por medio de la llamada “ruta abreviada”. “Se trata de cerrar esta especie de puerta trasera que obstinadamente promovió el Gobierno anterior”, señalaba entonces.
El segundo punto que lo preocupaba era el proceso para declarar los medicamentos para tratar la hepatitis C como de interés público. En 2017, el Minsalud había empezado a estudiar si existían o no razones para incluir esos fármacos en esa categoría, después de que había logrado una compra centralizada con la Organización Panamericana de la Salud.
El tercer aspecto que incomodaba a Morales estaba relacionado con una regulación del Minsalud que buscaba frenar una práctica frecuente: el uso de medicamentos para prescripciones no indicadas. “Off label”, es el término con el que se le conoce en el argot farmacéutico.