Se estima que la concentración promedio de partículas inferiores a 10 micras (PM10), en la mayoría de municipios donde se hace un monitoreo constante de calidad del aire, es superior a los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
En medio de un duro debate por la próxima licitación de buses de Transmilenio en Bogotá, en las que unos defienden el uso de diesel y otros piden dar un giro definitivo hacia energías más limpias y menos contaminantes, el Gobierno Nacional aprobó un Conpes de Política para el mejoramiento de la calidad del aire. El documento traza la ruta para que el país, antes de 2028, logre reducir los índices de contaminación que hoy afectan a millones de colombianos.
Colombia enfrenta un reto difícil en esta área. Se estima que la concentración promedio de partículas inferiores a 10 micras (PM10), en la mayoría de municipios donde se hace un monitoreo constante de calidad del aire, es superior a los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Esta contaminación es generada en un 78% por emisiones de camiones, buses y motos; y el resto proviene de la industria. Al menos 8.000 muertes anuales se pueden atribuir a este problema, lo que genera costos entre $1,9 billones (US$ 655 millones) y 12,3 billones (US$ 4.245 millones) .
“Aunque la calidad del aire en Colombia es mejor que la de países con ingresos similares, la población percibe que el problema va en aumento. A nivel internacional hay evidencia que, al adoptar mejores tecnologías en sectores como el transporte y la industria, la calidad del aire mejora. Los países con mayor PIB per cápita tienen la mejor calidad del aire a nivel global”, aseguró en un comunicado el director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Luis Fernando Mejía.
Los retos, según el documento Conpes, involucran a varios sectores: transporte, industria, energía, ambiente, vivienda y salud. Para mejorar la calidad del aire a nivel nacional, de aquí al 2028, tendrían que invertirse cerca de $16.637 millones (US$ 5,7 millones) a través de diferentes estrategias.
Una de ellas, y quizás la más importante, es modernizar el parque automotor mediante la incorporación de tecnologías limpias y la desintegración de vehículos contaminantes. Esta recomendación se da en medio de una dura disputa en Bogotá por la renovación de la flota de las fases I y II de Transmilenio. Ante la presión ciudadana y de líderes ambientales, el Distrito de Bogotá decidió ayer suspender por un mes la licitación y reconsiderar los puntajes asignados a proponentes de tecnologías más limpias.
En ese sentido, el documento Conpes también recomienda continuar mejorando la calidad de la gasolina y el diésel; implementar herramientas para mejorar la movilidad en las ciudades mediante el uso de etiquetas en los vehículos de acuerdo con su tecnología; reducir la evasión de las revisiones técnico-mecánicas; fomentar la reconversión tecnológica y la innovación en la industria; mejorar el procedimiento de acceso a incentivos tributarios para la adquisición de tecnologías menos contaminantes y sistemas de control de emisiones, así como otros mecanismos de financiación; y aumentar la implementación de planes de prevención, reducción y control de la contaminación del aire, así como fortalecer la generación de información de emisiones y calidad del aire.
“La implementación de las diferentes acciones para reducir los niveles de los contaminantes que afectan la salud y el ambiente exige un esfuerzo coordinado de las instituciones nacionales, regionales y locales, además de involucrar de manera efectiva los procesos de participación ciudadana. Las acciones para cada una de las metas establecidas en este documento, incluyen indicadores, entidades responsables y los recursos requeridos para su ejecución” manifestó el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo Urrutia.