La falta de actividad física se relaciona con aumento en muerte prematuras, cáncer de mama y colon, diabetes y enfermedades coronarias.
Colombia es el país más sedentario del mundo, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud publicado en 2015 por The Economist. El 60% de sus habitantes no realizan ningún tipo de actividad física, un hábito perjudicial que se calcula que es responsable de la muerte prematura de por lo menos cinco millones de personas anualmente en el planeta.
Comenzar a ejercitarse no sólo revertiría esta preocupante tendencia en este país, que en el mundo se relaciona con el 21% de los cánceres de mama y colon, 27% de los de diabetes y 30% de los diagnósticos de enfermedades coronarias. También aliviaría el dolor que aqueja a por lo menos medio millón de colombianos que sufren de artritis, es decir, la inflamación de una o más articulaciones en el área en donde dos huesos se encuentran.
Según el blog de la Escuela de Medicina de Harvard dirigido a los pacientes, el dolor en las articulaciones es una condición terriblemente incapacitante que, además del tratamiento convencional, puede manejarse con actividad física, siguiendo las indicaciones de un especialista.
La razón de esta recomendación está sustentada en las bondades del ejercicio para minimizar las molestias, por ejemplo, en rodillas, tobillos, hombros y cadera. Para empezar, la actividad física incrementa la fuerza y la flexibilidad de los músculos y del tejido que rodea las articulaciones; alivia el agarrotamiento causado por la tensión que se produce en los tendones y ligamentos cuando no se extienden y mueven. Asimismo es una práctica que fomenta la producción de fluido sinovial, que es como el lubricante de las articulaciones y además les lleva oxígeno y nutrientes.
Según un artículo publicado en la agencia Europa Press, mantenerse activo es una de las medidas más efectivas para controlar el peso y así ayudar a las articulaciones a descansar. Finalmente, los especialistas de la Escuela de Medicina de Harvard recuerdan que el ejercicio aumenta la producción de componentes químicos naturales en el cerebro que ayudan al buen humor.