El silencio del presidente Uribe sobre sus apiraciones electorales mantiene la incertidumbre. La suerte del referendo reeleccionista, el nuevo presidente y la conformación del Congreso se conocerán en los próximos meses.
Bogotá. El año político que vivirá Colombia en 2010 no tiene antecedentes. Y aunque suene a lugar común, la realidad es que nunca en la historia del país se conjugaron tantos hechos en un mismo período de elecciones.
La posibilidad de que el presidente Álvaro Uribe Vélez se presente a una segunda reelección se ha convertido en la pieza clave de un rompecabezas que no termina de armarse por cuenta de la falta de claridad al respecto. Primero, esta opción tiene que definirse en la Corte Constitucional y de aprobarse, la iniciativa pasaría a las urnas, donde todavía no se sabe con exactitud cuántos votos necesita para alcanzar el umbral.
A sólo 70 días de las elecciones legislativas el panorama electoral es incierto. Buena parte de los partidos no han rematado sus listas al Congreso y se han limitado a ventilar algunos nombres de quienes los acompañarán. Otras indefiniciones corren por cuenta del Partido Conservador, que tiene prevista su consulta interna para el próximo 14 de marzo, pero sujeta al futuro de la reelección. En la misma situación se encuentra el Partido de la U, cuyo más seguro candidato, Juan Manuel Santos, ha insistido en afirmar que únicamente se lanzará a la Presidencia si Uribe Vélez no lo hace.
En el caso de los partidos que ya han oficializado sus candidatos a ocupar la Casa de Nariño el panorama tampoco es claro. Sus principales decisiones también dependen de lo que suceda con la posible reelección del presidente Uribe. Por ejemplo, por los lados del Partido Liberal, Rafael Pardo fue designado como el candidato tras obtener la mayoría de los votos en una consulta interna, marcada por el abstencionismo. Y aunque en principio se mostró de acuerdo con una consulta interpartidista, con el correr de los días fracasaron los intentos con Germán Vargas Lleras, aspirante de Cambio Radical; Gustavo Petro, del Polo Democrático, y hasta con el Partido Verde, es decir, los ex alcaldes de Bogotá Luis Eduardo Garzón, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa.
Desde la orilla del Polo, Petro insiste en un gran acuerdo democrático, a pesar de la división que esa idea ha causado en el interior de sus toldas, donde a estas alturas ni siquiera tienen definido el presidente de la colectividad. El problema radica en que la lucha emprendida por Petro todavía no ha dado frutos, pues nadie se ha unido a su propuesta, con miras, según él, a evitar una dictadura.
“El que comienza es un año de definiciones porque 2009 fue el año de las indefiniciones... si el referendo pasa en la Corte Constitucional, va a haber una operación gigante de compra de votos”, advierte el aspirante del Polo.
A juicio del precandidato del Partido Conservador José Galat, el referendo va a morir en el calendario porque el tiempo no le va a alcanzar. “Así las cosas, se abren otras posibilidades. Debido a que en este instante ninguno de los partidos, ni siquiera la U, tiene mayoría suficiente para poner Presidente de la República, necesariamente tiene que abrirse el juego de los acuerdos interpartidistas”, agrega.
Ante la incertidumbre hay quienes temen que es posible que el Ejecutivo analice la posibilidad de cambiar el calendario electoral con el fin de que los tiempos de la Corte permitan la realización de un referendo para la eventual reelección del Primer Mandatario. “Esperamos que las elecciones presidenciales se mantengan en mayo, no creemos que se puedan aplazar. Tienen que realizarse en las fechas acordadas si se quiere mantener la imagen de democracia. Tengo el pálpito de que la Corte condicionaría la sentencia a que la iniciativa popular sea válida para 2014 y no para 2010”, puntualiza el senador liberal Héctor Helí Rojas.
En cambio la pre candidata del Partido Conservador Noemí Sanín le apuesta a que en el año que comienza Uribe terminará su mandato y “por primera vez una mujer llegará a la Presidencia”.
Pero si el camino de las elecciones presidenciales está lleno de dudas, la ruta para la conformación de un nuevo Congreso no es menos tortuosa, pues se trata de elegir el reemplazo del Legislativo más cuestionado en la historia del país, al punto que se confirmó una frase del ex comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, Salvatore Mancuso, según la cual el 35% del Congreso estaba influenciado por los paramilitares.
Para la actual senadora Cecilia López Montaño las perspectivas de renovación del Congreso no son alentadoras. “Estoy aterrada con lo que está pasando, después de que pensamos que iba a ver un renacimiento del voto de opinión lo que ha renacido es la vieja política. Se tiene a los caciques típicos de las regiones encabezando las listas al Senado. En muchas zonas las esposas, hermanos o hijos de quienes han tenido problemas judiciales aparecen como candidatos”, explica la ex ministra.
En el mismo sentido se pronunció el analista Pedro Medellín, quien afirmó que es evidente que muchos parientes relacionados con los parapolíticos aún controlan electoralmente ciertas zonas del país, lo cual les permitirá ubicar miembros de sus familias en el próximo Congreso. Agregó que seguramente algunos legisladores que tuvieron vínculos con grupos ilegales se abstendrán de lanzar sus candidaturas por temor a que los denuncien.
Sin embargo, han surgido voces más optimistas que vaticinan la renovación. Es el caso de Juan Lozano, quien encabeza la lista de la U para el Senado. El ex ministro insiste en que “el próximo Congreso representará honestidad y capacidad de trabajo”. Por su parte, el candidato a la Presidencia Sergio Fajardo ha insistido en que no se puede caer en la trampa de permitir que los mismos de siempre se hagan elegir. “Hay personas que reclaman participación, pero la única forma de cambiar la vieja polìtica es participando, por eso nos estamos metiendo en esto”, sentencia al respecto.
En conclusión, suceda lo que suceda, 2010 será un año de definiciones en la vida política del país, tal como lo advierte el analista Enrique Serrano: “En realidad veo un punto de inflexión que tiene que ver con cosas que el país no estaba acostumbrado a hacer. Después de la polarización se puede lograr un país reconciliado con candidatos diferentes, puede disminuir la polarización interna”.
Los candidatos fijos. A pesar de la incertidumbre que genera el desconocimiento sobre una nueva candidatura del presidente Uribe, algunos movimientos ya han definido a sus aspirantes.
Rafael Pardo fue escogido por la consulta interna del liberalismo el 27 de septiembre. El 12 y 13 de diciembre fue ratificado en el Congreso de la colectividad.
Gustavo Petro, del Polo Democrático, también fue escogido por su colectividad en una consulta interna en la que venció sorpresivamente a Carlos Gaviria.
Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical, es el candidato natural de su colectividad y se autodenomina como “uribista antirreeleccionista”.
Sergio Fajardo se inscribió mediante 701 mil firmas. Ha recorrido el país insistiendo en que irá hasta el final, haya o no haya reelección para el presidente Álvaro Uribe.