Doce grupos de investigación, de diversas universidades, se abstienen de participar en la medición que busca actualizar la producción científica y tecnológica del país. Gobierno afirma que la iniciativa asegura la transparencia de los resultados.
En las redes sociales han circulado diversos comentarios que muestran el descontento de algunos científicos con la convocatoria 693-2014 de Colciencias, una iniciativa que se convirtió en motivo de disputa entre los grupos de investigación en humanidades de las más importantes universidades colombianas y la institución que maneja los recursos de ciencia y tecnología. A través de cartas públicas, líderes de estos grupos anunciaron que no participarán en la convocatoria.
El primero de los grupos en hacer público su malestar y en romper “relaciones diplomáticas” con Colciencias fue el Departamento de Literatura de la Universidad Nacional. En una carta fechada el 5 de diciembre, los docentes del Departamento le informan al rector de la universidad, Ignacio Mantilla, y a la directora de Colciencias, Yaneth Giha Tovar, que luego de una reunión tomaron la decisión de “no someter sus grupos de investigación al actual modelo de medición elaborado por Colciencias para 2014”.
¿Las razones? Dicen que “desconocen totalmente la naturaleza de las humanidades y está exclusivamente pensada en función del campo de las ciencias duras y aplicadas (…). Además, consideran que los trámites requeridos son tan “burocráticos, estériles y engorrosos”, que emplearían en ellos tiempo que sería más provechoso en investigación.
Tan sólo 12 días después de esa primera carta, líderes de cinco grupos de investigación del Departamento de Humanidades y Literatura de la Universidad de los Andes se sumaron al movimiento de disidentes. En una nota que enviaron a las autoridades académicas se quejaron de la forma en que Colciencias realiza las mediciones para las humanidades y los estudios literarios: “Coincidimos en que los criterios actuales desconocen la naturaleza de la investigación en humanidades, empleando modelos tomados de las ciencias exactas que no son relevantes para las disciplinas humanísticas y, como consecuencia, imponen parámetros de evaluación que resultan sesgados”.
Gabriela Delgado, directora de Fomento a la Investigación de Colciencias, las respondió argumentando que desde el año 2013 “Colciencias clasifica y reconoce diferencialmente y por áreas del conocimiento tanto grupos como investigadores, respectivamente”.
Sin embargo, los académicos se quejan de que Colciencias no tiene en cuenta sus propuestas, argumentos y consejos, y simplemente cumple con convocarlos. Los grupos de investigación en humanidades representan el 35% de éstos en el país.
Más inconformes
La cadena de cartas no paró ahí. Este año surgieron dos nuevas remitidas a la directora de Colciencias, una firmada por el grupo Interdisciplinario de Estudios de Género de la U. Nacional (15 de enero). La otra por el grupo de investigación Prácticas culturales, imaginarios y representaciones, clasificado como A1 por Colciencias y conformado por investigadores de la U. Nacional, la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes. En la misiva afirman que la medición “parte de la desconfianza frente a los investigadores y los trata como culpables hasta que demuestren lo contrario”.
Y más adelante señala: “La nueva convocatoria pareciera desalentar la existencia de grupos interdisciplinarios e interinstitucionales”, por la cantidad de avales que deben presentar por parte de cada universidad. La carta concluye con la solicitud de la suspensión de la convocatoria.
Las cartas comparten argumentos similares, entre ellos el señalamiento de excesivos trámites para recopilar pruebas de su producción científica en años anteriores, “que parte del principio de mala fe con los investigadores, porque si alguien les ha hecho trampa no quiere decir que los demás investigadores la estamos haciendo”, anota la directora del Departamento de Literatura de la U. Nacional, Alejandra Jaramillo Morales.
“Estas herramientas para clasificar los grupos establecen una serie de parámetros que aseguran la calidad, transparencia y confiabilidad de los resultados, lo que nos permitirá fomentar la investigación en las áreas prioritarias para elevar el nivel de conocimiento del país. Este modelo se construyó de la mano de expertos y se realizaron cerca de 60 foros a nivel nacional para evaluar las modificaciones”, respondieron a las críticas los voceros de Colciencias.
Un problema de tiempo atrás
La medición de grupos de investigación debe, al menos en teoría, reflejar su trayectoria y madurez a partir de los productos reportados a una base de datos de Colciencias. Esos productos pueden ser artículos científicos, libros, capítulos de libro, patentes, ponencias en congresos, etc.
Lo que siempre se ha criticado de esa plataforma es que no es ágil. Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional, escribió en el libro de los 40 años de Colciencias: “La medición por parte de un índice único para todas las disciplinas (...) desconoce las dinámicas particulares de producción de conocimiento en cada campo de la ciencia”