Primer estudio global evalúa la transición de 25 países, cuatro de ellos latinoamericanos, hacia un nuevo modelo de los servicios de atención de salud basados en el valor o resultado para los pacientes en lugar de la cantidad o volumen de servicios prestados.
Samuel Silva, Miami / Clúster Salud. Un estudio que evalúa el avance de 25 países hacia el radicalmente nuevo modelo de “atención de salud basada en el valor” (Value-based health care, VBHC) establece que Suecia es el país más adelantado del mundo en esta transición y Colombia el más avanzado en América Latina.
El estudio, divulgado en un seminario en Miami, fue conducido por The Economist Intelligence Unit por encargo de la firma de tecnología, soluciones y servicios médicos Medtronic e incluye a Chile, Brasil y México, además de Colombia. Chile también está moderadamente avanzado en su transición hacia los servicios de salud basados en valor, planteó el investigador de EIU David Humphreys al presentar el estudio del que es coautor. Pero en la región, sólo Colombia está cerca de alcanzar la atención médica universal (más del 95% de los habitantes tienen seguro de salud) y, a principios de 2016, el gobierno introdujo la Política de Atención Integral en Salud, una reforma cuyo objetivo es mejorar los resultados de los servicios poniendo al paciente en el centro del sistema de salud. “Nos hemos acostumbrado a esperar una atención y la frase que resume eso es ‘El doctor lo va a ver ahora’, dijo al comentar el estudio la doctora Ana María Malik, académica de la Escuela de Administración de Empresas de Sao Paulo, de la Fundación Getulio Vargas. “Ahora la frase va a ser ‘El paciente lo va a ver ahora’”, agrega, mostrando un libro del cardiólogo, investigador y autor estadounidense que se titula exactamente así.
Un cambio radical
El actual modelo de atención de salud y pago de servicios funciona sobre la base de un sistema de reembolsos que los prestadores de salud -médicos, hospitales, laboratorios, proveedores de equipos y prótesis- reciben de los seguros de salud y/o del Estado por cada visita, examen médico, medicamento y terapia que recibe el paciente, no por el resultado final de esa prestación de salud: que mejore el paciente.
Lo anterior genera el incentivo perverso de que mientras más exámenes, procedimientos, medicamentos y tratamientos reciba el paciente, más dinero ganan los médicos, laboratorios, hospitales y otros prestadores de salud. El caso es extremo en el caso de los procedimientos dentales cuando hay seguros de por medio. Es sabido en Estados Unidos por ejemplo, que cuando un paciente cambia de dentista, lo primero que hace el profesional es ver a cuanto asciende el seguro y luego propone un tratamiento que use el monto total del seguro cada año.
Este problema se suma al acceso desigual a los servicios de salud, el aumento de los costos, presupuestos más reducidos y fragmentación de las redes de salud. “En vista de los presupuestos limitados y los costos en alza”, dice el informe, “el estado de las cosas es insostenible”.
Una manera de cambiar el estado de las cosas -y dar a los pacientes el cuidado que quieren y necesitan- es pasar a un sistema de reembolso basado en el valor y no en el volumen de prestaciones. El valor, explica el autor del informe, definido como la calidad de la atención de salud y su resultado, dividido por su costo.
El concepto de servicios de salud basados en el valor, o más bien la idea de combinar los resultados de la atención médica con sus costos, se popularizó en la industria y entre las autoridades de salud del mundo en 2006, con la publicación del libro Redefining Health Care, del célebre gurú del management Michael Porter y Elizabeth Teisberg, médico y académica que pionera y líder del “movimiento del valor” en los servicios médicos.
Para los pacientes, si la transición se hace bien, esto significa un cuidado seguro, apropiado y eficaz con resultados duraderos, a un costo razonable. Para los prestadores de salud, el nuevo modelo significa emplear medicina basada en la evidencia y tratamientos y técnicas probados que tengan en cuenta los deseos y preferencias de los pacientes.
Un componente crítico para entender y poder aplicar el nuevo modelo de valor es la medición. Hay que medir los resultados de cada tratamiento e integrarlos en una base de datos nacional y llevar cuenta clara de los costos de cada tratamiento. Esto requiere un cambio profundo en la manera en que se documentan los tratamientos y sus costos.
Diez años después de la publicación del libro de Porter y Teisberg, la idea se ha ha afianzado en todos los protagonistas de la industria, desde los ministerios de salud hasta los fabricantes de medicamentos, pasando por médicos, hospitales, laboratorios y fabricantes de equipos. Tan en serio se han tomado esto algunos gobiernos que “los encargados de formular las políticas en países como el Reino Unido y Colombia”, agrega el informe, “comenzaron a establecer planes que demandan explícitamente el alejamiento del pago de servicios de salud clásicos (como cobrar por un servicio) hacia un sistema en en que los pagos se realicen de acuerdo con su valor”. Los países, sobre todo en Europa, ya han empezado a llevar a la práctica los principios del VBCH. El nivel de alineamiento de los países con el nuevo modelo de pago de las prestaciones de salud es precisamente lo que evalúa el informe.
Para los pacientes, si la transición se hace bien, esto significa un cuidado seguro, apropiado y eficaz con resultados duraderos, a un costo razonable. Para los prestadores de salud, el nuevo modelo significa emplear medicina basada en la evidencia y tratamientos y técnicas probados que tengan en cuenta los deseos y preferencias de los pacientes.
Un componente crítico para entender y poder aplicar el nuevo modelo de valor es la medición. Hay que medir los resultados de cada tratamiento e integrarlos en una base de datos nacional y llevar cuenta clara de los costos de cada tratamiento. Esto requiere un cambio profundo en la manera en que se documentan los tratamientos y sus costos.
Colombia, Chile, México y Brasil
El estudio de The Economist Intelligence Unit evalúa el nivel de alineamiento de los países con el nuevo sistema de atención de salud usando cuatro dominios:
- Establecer la política y las instituciones para una atención médica de valor.
- Sistema estandarizado de medición de resultados y costos de cada tratamiento.
- Atención médica integrada y centrada en el paciente.
- Sistema de pago basado en los resultados.
El estudio concluye que Colombia muestra avance moderado en el dominio de política y fortaleza institucional para proveer al sistema de salud de un marco de fomento al nuevo sistema. Colombia muestra un nivel alto de avance en la atención médica integrada y centrada en el paciente. En los otros dos dominios, el avance de Colombia es bajo.
Chile tiene un nivel de avance moderado en tres dominios, los de medición, atención médica y enfoque de pago basado en los resultados. En materia de política y fortaleza institucional, Chile está en un nivel bajo.
Pensando en el resto de la región, México muestra un avance moderado en política y atención médica, pero su nivel de avance es bajo en los dominios de medición y enfoque de pago.
Final, el nivel de progreso de Brasil es bajo en los cuatro dominios.