Por cada ocho ligaduras de trompas, se realiza una vasectomía, a pesar de que este último procedimiento es más seguro, rápido y económico
Una noche de 2011, recostado sobre la cama de un hotel en Kenia, la idea se asomó en la mente del cineasta Jonathan Stack: un movimiento mundial para promover la vasectomía. Ese día, Jonathan había conocido un hombre que viajó durante 24 horas para ser operado por Doug Stein, un médico norteamericano que promueve el acceso a este procedimiento entre hombres que viven en zonas vulnerables. El médico era el personaje principal de la película que preparaba Stack en ese momento y que más tarde bautizó como El vasectomista.
“Era una historia que se repetía en cada lugar al que iba. En las zonas de conflicto que visitaba junto al doctor Stein, veía a esos hombres llegar, bajarse los pantalones para ser operados y casi siempre decían que lo hacían por el amor de sus hijos y de su mujer”, recuerda Stack, quien esta semana llegó a Colombia con el objetivo de conocer un poco más del país y preparar el terreno para que el próximo año Colombia sea la anfitriona del “Día Mundial de la Vasectomía” y de paso de una maratón de vasectomías. Un proyecto que cuenta con la ayuda de Profamilia y otras instituciones de salud.
“No se trata de estimular el número máximo de vasectomías –aclara Stack–, sino de expresar que somos parte de la solución frente a la sobrepoblación del mundo y la crisis ambiental. Es un movimiento que celebra lo positivo de los hombres”.
La meta que se trazó aquella noche en el hotel de Kenia fue trabajar durante un año hasta convencer a 100 doctores en 10 países del mundo de promover jornadas de vasectomías y operar al menos a 1.000 pacientes.
Seis años después de creado el movimiento, se ha conformado un ejército de más de 1.200 médicos en 60 países que comparten los mismos principios de ofrecer mejor información sobre el tema a los hombres, luchar contra los mitos y el machismo que aún rodean este procedimiento quirúrgico y, por supuesto, la disposición para llevarlo a cabo entre quienes lo soliciten voluntariamente.
Diana Torres, médica especializada en urología, vinculada a Profamilia, ha realizado más de 36.000 vasectomías en Colombia a lo largo de su carrera. El año pasado se unió al grupo de Stack y lo acompañó en la maratón de vasectomías en México. Durante esa semana realizaron con el apoyo de otros médicos cerca de 6.500 vasectomías. Está segura de que replicar la iniciativa en Colombia servirá para combatir varios de los prejuicios que persisten frente al tema. “La vasectomía es un derecho. Los hombres pueden decidir si quieren o no tener hijos –comenta la médica colombiana–, pero a veces la cultura machista los hace pensar que afectará su vida sexual y también circula el mito de que van a engordar. Nada de eso es cierto”.
Juan Carlos Vargas, ginecólogo y asesor científico de Profamilia, explica que el procedimiento dura entre 7 y 10 minutos, se utiliza anestesia local, no es doloroso y el paciente regresa a su casa inmediatamente. Los cuidados se reducen a no tener relaciones sexuales durante una semana, planificar durante tres meses más y luego hacer una prueba para confirmar si ya no hay espermatozoides en la eyaculación. Tan sólo el 5 % del semen está compuesto por células reproductivas. Al cortar el conducto que transporta los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra, se interrumpe la fertilidad, manteniendo la salud sexual intacta.
Esgar Guarín, otro médico colombiano, especializado en medicina familiar y radicado en Estados Unidos, también se unió al movimiento, convencido de sus bondades. Un tema que le preocupa como al resto de sus compañeros es la brecha que sigue existiendo entre hombres y mujeres en términos de tratamientos de esterilización. Aunque la vasectomía es más segura, rápida y más económica que la ligadura de trompas (el procedimiento equivalente pero en mujeres), la proporción en que se realizan no es equitativa. En el caso de Colombia, por cada ocho ligaduras de trompas que se practican en Profamilia, sólo se lleva a cabo una vasectomía. Antes esa cifra era de 10 a 1.
“En Latinoamérica estamos bien, pero frente a países desarrollados como Canadá vamos muy lejos. Allá se realizan tres veces más vasectomías que ligaduras de trompas”, explica la doctora Torres, pero advierte que no se busca “cambiar las cifras, sino una mentalidad para que los hombres sean más activos en la vida y planificación familiar”.
“Parte de este movimiento consiste en enseñar nuevas masculinidades, enseñar a los hombres a ser más responsable y más participativos”, dice Guarín.