Experiencia en Australia muestra que los procedimientos realizados con esa música detectan muchos más pólipos y adenomas.
Cluster Salud. “Ominoso” es un adjetivo bello, poco utilizado y todavía menos entendido. Al menos, para quienes no han visto cumplirse las promesas nefastas que lo “ominoso” anuncia y sólo se estremecen ante tales posibilidades, enterrados cual carne de ostra en el sillón, mirando una película en el laptop.
Y aunque de tanto darle que darle devino un poco en chiste, La Marcha Imperial, el tema musical que antecede las apariciones de Darth Vader en La Guerra de las Galaxias, podría ser calificada de "ominosa": no es desagradable, al contrario, posee una cualidad que la hace adherirse a la memoria, pero -en cuanto suenan los primeros compases- sabemos que nada bueno surgirá cuando ella se complete.
Muchos exámenes médicos pueden inspirar ese mismo sentimiento: solo realizarlos preventivamente resulta “ominoso”, en especial si andamos pesimistas o nos llamamos Woody Allen. Pero, si de colonoscopías se trata, la marcha que antecede a Lord Vader puede ser mucho mejor que la serenidad de un concierto para piano de Mozart, si de obtener resultados buenos a la larga se trata.
Un estudio, publicado The Medical Journal of Australia, evaluó 103 casos de colonoscopía. En ellos, la música de Star Wars se utilizó en 58 estudios, en tanto que otros temas de música popular, seleccionados por los endoscopistas mismos, se escucharon en otros 45 casos. Las medidas para evaluar los resultados de la interacción música/estudio fueron la duración del procedimiento, la tasa de detección de pólipos y la tasa de detección de adenomas.
Es así como, se encontró que las preparaciones intestinales fueron de buenas a excelentes en el 57% de los pacientes del grupo con la música de Vader, en tanto que la cifra ascendió al 69% en el grupo de música popular.
Lo interesante, y relevante, fue que la tasa de detección de pólipos y ADR (Adenoma Detection Rate) fue mayor en el grupo que se sometió al procedimiento con la melodía ominosa. El grupo con la música de Star Wars tuvo una tasa de detección de pólipos del 60%, mientras que en el otro grupo tasa de detección de pólipos cayó al 35%. En el caso del ADR, para el grupo Star Wars ella fue de 48%, y sólo del 27% en el grupo “control” con música de otro tipo.
¿Cómo explicar la diferencia? Una de las posibilidades es la que plantean los autores del trabajo: “Como fans de Star Wars, debemos sospechar que la Fuerza también estuvo implicada: ella debe mejorar nuestras habilidades Fuerza-sensibles para detectar pólipos, a pesar de un entorno luminoso más hostil”. Como “en la destrucción de la Estrella de la Muerte en Star Wars: Episodio IV Una Nueva Esperanza, a pesar de ser perseguido por los combatientes de Darth Vader, nosotros confiamos en la Fuerza para guiarnos a través de las aguas turbias del colon para localizar y destruir los pólipos”, agregaron.
La razón verdadera puede ser más prosaica, pero igualmente bélica: no por nada, parte de la banda sonora de John Williams está inspirada en el sistema sonoro de las marchas militares décimonónicas, cuya función era inflamar una actitud de combate y euforia previa al combate. Y, puestos a observar una epidermis mal iluminada, sin duda provoca más entusiasmo vivirlo como la detección y extracción de aliens malvados, que como una aburrida tarea de orden casi funcionario. A subir el volumen, entonces.