"Draquila: Italy Trembles" examina las repercusiones del terremoto que devastó a la ciudad medieval L'Aquila el año pasado, y que generó una reconstrucción liderada por el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi.
Cannes, Francia. La comediante Sabina Guzzanti monta unataque estilo Michael Moore contra el sistema político italiano en undocumental en el Festival de Cine Cannes, mostrando una alarmanteimagen de la desgastada democracia y mentiras de Estado.
"Draquila:Italy Trembles" examina las repercusiones del terremoto que devastó ala ciudad medieval L'Aquila el año pasado, que generó una extensacampaña de reconstrucción liderada por el gobierno del primer ministroSilvio Berlusconi.
Una ex comediante de televisión y enemigade larga data de Berlusconi, Guzzanti emplea algunas de lashumorísticas técnicas que hicieron famoso a Moore, aunque su estilo esmás medido que el cineasta estadounidense.
Mezclando videosde televisión, entrevistas y el recurrente dibujo animado, la directorase interioriza en la versión de los eventos que presentaron aBerlusconi como el salvador de L'Aquila, sugiriendo que en vez de esousó el desastre para afianzar su poder y socavar la democracia.
"Estabatrabajando en otra cosa y alguien me contó unas extrañas historiasacerca de lo que estaba ocurriendo ahí", dijo Guzzanti a Reuters TV enuna entrevista. "Estaba muy, muy impactada porque era algo muy grande ynadie sabía al respecto", agregó.
Incluso antes de que fueraexhibida, "Draquila" ya había despertado controversia en Italia, dondeel ministro de Cultura Sandro Bondi denunció la película como"propaganda que ofende la verdad y a todos los italianos".
Elministro declaró que no asistiría a Cannes en forma de protesta, peroel estreno de la película ha recibido gran atención por unainvestigación iniciada en febrero sobre sospecha de corrupciónrelacionada con contratos públicos adjudicados luego del desastre.
"Todosdicen, '¿Por Qué lo estas haciendo, porque el terremoto será olvidadoel próximo año?'" dijo Guzzanti. "Pero es un tema ahora porque en esteterremoto encuentras todos los elementos de nuestra crisis", sostuvo.
Despuésdel terremoto, la población de la arruinada ciudad se mudó a hoteles enla costa y a campamentos, donde su inicial gratitud dio paso aldescontento al ver cómo los meses pasaban y sus casas permanecíancerradas.
Unos pocos tuvieron suerte y fueron destinados anuevos departamentos suburbanos con una botella de vino y una nota debienvenida de Berlusconi, pero el documental también muestra las callesdel antiguo L'Aquila abandonadas y cerradas por patrullas militares.
Guzzantidijo que los residentes de L'Aquila recibieron bien el filme cuando fuemostrado en una pantalla especial en la plaza principal de la ciudad.
"Ellossabían lo que había ocurrido pero estaban impresionados al verlo tanclaro", dijo Guzzanti. "Pero están en problemas, en verdaderosproblemas porque nadie va a reconstruir la ciudad", concluyó.