Muchas veces se cree que al consumir jugos de frutas se obtienen los mismos nutrientes que benefician al organismo que al degustarlas enteras, pero, según estudios de organizaciones y asociaciones especializadas esto no es así.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que existe un alto nivel de evidencia acerca del papel protector de la fruta para prevenir la obesidad, hecho que queda reflejado en recientes investigaciones al respecto.
La Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana de Diabetes aconsejan disminuir el consumo de jugos de fruta para prevenir la obesidad.
La Asociación Americana del Corazón propone como verosímil que la saciedad es menor ante un jugo de fruta que ante una fruta entera y por ello desaconseja el consumo del primero, al insistir en la importancia de consumir fruta en su estado original, y considerando que las calorías consumidas de forma líquida podrían afectar negativamente a los intentos de conseguir y mantener un peso saludable, según el sitio blogs.20minutos.es.
La Academia Americana de Pediatría recomienda aumentar la ingesta de frutas para prevenir el sobrepeso y la obesidad en los niños, siempre y cuando no sea en la forma de zumos de fruta.
El Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría afirma que los jugos de fruta no son equivalentes nutricionalmente a las frutas naturales, al carecer de fibra y no estimular la masticación.
Y, por último, la guía de alimentación saludable de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, conocida como Plato de la Alimentación Saludable alude al consumo de jugos de frutas en términos de limitar su ingesta. Y si se consume aconseja no superar la frecuencia diaria de más de un vaso pequeño y nunca en sustitución de la fruta como tal.
Como ejemplo y para demostrar las diferencias nutricionales y de efecto sobre la ingesta de un vaso de jugo de naranja natural frente al de una naranja tal cual, hay que tomar en cuenta que para un vaso de jugo se suele emplear como mínimo unas tres naranjas. Además, el jugo aporta más calorías, menos fibra, menos saciedad y la posibilidad de tomar “más de la cuenta” es mucho mayor, y todo ello al suponer que además no se le añada azúcar.
Un vaso de jugo de naranja aporta 112 kcal, en tanto que una naranja entera solo 75 kcal. Además, la fibra que aporta una naranja es de 3,4 gramos, en tanto que el jugo, solo 0,5 gramos.