El hallazgo se aplica a “nueces de árbol” como las almendras o castañas de cajú, pero no al maní. Y los efectos se presentan con la ingesta de apenas 57 gramos a la semana.
Los sobrevivientes de cáncer de colon que comen por lo menos 57 gramos de nueces de árbol a la semana -aproximadamente 48 almendras o 36 castañas de cajú o anacardos- es significativamente menos probables que vuelvan a tener el mismo cáncer o morir de él que los que no comieron nueces, dijeron ayer miércoles investigadores del Instituto de Cáncer Dana-Farber en Boston.
El hallazgo fue realizado por el Dr. Temidayo Fadelu, del Instituto citado, y su equipo, quienes analizaron un cuestionario sobre la ingesta dietética de un ensayo clínico de 826 pacientes con cáncer de colon en estadio III - una etapa en la que el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, pero no a otras partes del cuerpo.
Todos los pacientes en el estudio habían recibido cirugía y quimioterapia para tratar sus cánceres de colon.
Las personas que informaron que comían más de 57 gramos de nueces de árbol por semana -alrededor del 19% de los participantes del estudio- tenían una probabilidad 42% menor de recurrencia y un 57% menos probabilidad de muerte que aquellos que no comían nueces.
El beneficio se aplica sólo a los frutos secos y no a los cacahuetes o mantequillas de maní, dijo Fadelu, cuyo estudio se publicó antes de la próxima reunión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) que se celebrará a principios del próximo mes en Chicago.
Que se pierda el efecto puede deberse, especuló, a que los cacahuetes son legumbres, que pueden tener una composición metabólica diferente a las nueces de árbol, dijo Fadelu.
"Este estudio muestra que algo tan simple como comer nueces en general puede hacer una diferencia en la supervivencia a largo plazo de un paciente", dijo el presidente de ASCO, Daniel Hayes, en un comunicado.
Hayes agregó que la alimentación saludable básica es a menudo pasada por alto por los médicos y sus pacientes en el cuidado del cáncer.
El equipo se centró en el consumo de nueces porque estudios previos han demostrado que comer nueces puede reducir el riesgo de obesidad y diabetes, factores que también influyen en el riesgo de recurrencia y muerte por cáncer de colon.
Fadelu dijo que estudios adicionales deberían mirar si los frutos secos están asociados con mejores resultados de salud en otras etapas del cáncer de colon.