Las tensiones han aumentado progresivamente entre los ministros de Agricultura de Bélgica, Países Bajos y Alemania después de que se encontrasen trazas del pesticida moderadamente tóxico fipronil en lotes de huevos, relacionado por las autoridades con un proveedor holandés de productos de limpieza.
El comisario europeo de Seguridad Alimentaria ha convocado una reunión de ministros y reguladores nacionales para tratar las consecuencias del caso de los huevos contaminados que ha llevado a acusaciones entre varios miembros de la Unión Europea.
Las tensiones han aumentado progresivamente entre los ministros de Agricultura de Bélgica, Países Bajos y Alemania después de que se encontrasen trazas del pesticida moderadamente tóxico fipronil en lotes de huevos, relacionado por las autoridades con un proveedor holandés de productos de limpieza.
Aunque inicialmente el regulador alimentario belga generó críticas por no haber actuado lo suficientemente rápido tras haber sabido de esta contaminación con fipronil, el ministro de Agricultura de Bélgica dijo el miércoles que fueron los holandeses los que tardaron en responder a su investigación.
"Acusarnos y avergonzarnos no nos llevará a ninguna parte y quiero detener esto", dijo el comisario europeo Vytenis Andriukaitis a Reuters en un comunicado.
Andriukaitis dijo que esperaba llevar a cabo una reunión antes de finales de septiembre con los ministros implicados, junto a representantes de varias agencias de seguridad alimentaria.
"Necesitamos trabajar juntos para aprender y progresar en lugar de perder energía en intercambiar acusaciones", dijo.
Millones de huevos han tenido que ser retirados de supermercados europeos, y a pesar de ello algunos reguladores han manifestado su preocupación a que muchos huevos contaminados hayan entrado en la cadena alimentaria, principalmente a través de productos procesados como galletas y tartas.
Aunque tendrían que ingerirse muchos huevos para notar efectos en la salud, el fipronil está considerado como moderadamente tóxico y puede provocar daños a los órganos humanos.
Normalmente, el fipronil se utiliza para tratar las pulgas y garrapatas de las mascotas, pero su uso en la cadena alimentaria, por ejemplo, para limpiar graneros está prohibido.