Por Daniel Wilner, director general de élogos SurLatam.
El modo en cómo se gestione el desarrollo del talento en un contexto en el que la inteligencia artificial avanza con fuerza, determinará el futuro de muchas empresas. En este sentido, el informe ‘Harnessing Revolution - Creating the future workforce’, elaborado por Accenture, emite una señal de alerta al considerar que la brecha de habilidades se está convirtiendo en un abismo cada vez mayor, con un 40% de los empleadores reportando escasez de talentos.
En pleno proceso expansivo de la denominada ‘Cuarta Revolución Industrial’, “las empresas necesitan aumentar la velocidad de reestructuración”, sostiene el reporte, que cuenta con la autoría de Ellyn Shook y Mark Knickrehm; enfatizando la necesidad de que las organizaciones aseguren que las personas sean relevantes y adaptables, para enfrentar el desafío de la nueva revolución.
El estudio de Accenture señala que la preparación de la mano de obra para la era digital no excluye a los niveles superiores de la organización (sólo el 10% de los miembros de los boards directivos encuestados afirman tener experiencia en tecnología profesional). También advierte que se debe adquirir la mentalidad de considerar al aprendizaje como una forma de vida, para que los trabajadores y las organizaciones sean más ágiles. Y destaca que se deben usar tecnologías digitales para aprender lo digital, mencionando en particular a los MOOCs y los dispositivos wearables (indirectamente, se está valorando al e-learning y al mobile learning como vehículos del aprendizaje).
Por su parte, el Índice de Competitividad del Talento Global 2017 presentado en la última reunión anual del Foro Económico Mundial (WEF), advierte que las organizaciones y los trabajadores, tendremos que adaptarnos a un entorno de trabajo donde el know-how tecnológico, las habilidades de las personas, la flexibilidad y la colaboración, son y serán imprescindibles. Aunque sin una cultura de formación continua corporativa que les de sustento y foco, estás variables no serán suficientes para alcanzar el éxito y gestionar una adaptación efectiva al cambio.
En este sentido, el informe ‘Predictions for 2017. Everything Is Becoming Digital’ (Bersin by Deloitte), señala que las organizaciones que poseen una sólida cultura de formación se encuentran en lo más alto del modelo de madurez de la Gestión del Talento, generando 2,3 veces más flujo de caja por empleado y 1,4 veces más ingresos, con un nivel de innovación un 170% mejor. Datos que sin duda no debemos ni podemos pasar por alto, y que deben impulsarnos a trazar estrategias de capacitación continua.
A partir de esta referencia, la encuesta anual desarrollada por Speexx Exchange, cuyos resultados fueron publicados en el White Paper ‘Crear una cultura de formación para afrontar los retos del cambio’, identifica algunos signos que indicarían que las organizaciones están madurando rápidamente:
- El 90% de los participantes ya usan el e-learning.
- El 43% estuvo de acuerdo con la afirmación de que han «establecido o implantado el e-learning en toda la organización e integrado la cultura de formación en el trabajo diario» (evidenciando un importante incremento en relación a los 17% del año 2015).
El informe además revela que en Sudamérica las empresas adoptan antes los métodos colaborativos electrónicos, lo cual nos da una ventaja competitiva, que podremos aprovechar si nuestras compañías están orientadas a la construcción de una cultura de formación continua corporativa, que esté orientada al cambio y la obtención de resultados.
Como destaca el Global Talent Competitiveness Index (GTCI), en un mundo impredecible e incierto, la premisa es “aprender a aprender”, junto con el desarrollo de la creatividad, la resolución de problemas y las habilidades de comunicación. En la era de las múltiples carreras y el reciclaje profesional, el aprendizaje permanente (Long Life Learning) es una necesidad, que hace unos años se plasmaba en el desarrollo de universidades corporativas, pero que hoy, a partir de la cuarta revolución industrial, se renueva en nuevos formatos, como las Escuelas de Aprendizaje, que cada vez cobran mayor protagonismo en las empresas.
En efecto, para cubrir esta demanda, la implementación de Escuelas de Aprendizaje en grandes corporaciones surge como una solución eficaz, que impulsa la consolidación de una sólida cultura de formación corporativa, permitiéndole a las empresas lograr economías de escala y asegurar que sus colaboradores tengan las competencias necesarias para cumplir los objetivos de negocio de cada organización, generando el contexto adecuado para adaptarse a los cambios que propone la Cuarta Revolución Industrial.
*Daniel Wilner es director general de élogos SurLatam*