El contexto exige una adaptación ágil y flexible, lo que supone realizar las cosas de una manera distinta.
Con el desconfinamiento, muchas personas están viviendo el proceso de volver a sus antiguas rutinas, lugares de trabajo y actividades sociales, lo que está generando muchas expectativas, ansiedad y también algunos miedos y aprensiones por la posibilidad de contagiarse de COVID-19.
El contexto exige una adaptación ágil y flexible, lo que supone realizar las cosas de una manera distinta. “Internet de las cosas, Ciencia de Datos, Big Data, Inteligencia Artificial, entre otras, están acelerando los procesos de trabajo y ayudando a facilitar conexiones, toma de decisiones, análisis, reducción de tiempos, entre otros. Estar bien informados y capacitarse es de vital importancia para adaptarnos a un nuevo contexto con mayor demanda tecnológica”, indica Horacio Llovet, cofundador de Nawaiam.
Pero, ¿cómo adaptarse a lo que supone una nueva realidad? Llovet aconseja planificar: establecer objetivos, planes, plazos, prioridades diarias y semanales, los que pueden ayudar a focalizar y controlar mejor la ansiedad.
También recomienda diferenciar las tareas laborales, personales y familiares. De esta forma, es posible aprovechar mejor el tiempo que se dedica a cada tarea. "Recuerda esta frase, el que mucho abarca poco aprieta. No lograrás ser eficiente al realizar demasiadas actividades en un mismo momento ya que esto genera mayor cansancio y estrés", dice.
A estos consejos se suma el aprender a decir que no y trabajar en la capacidad de adaptación. Es importante que las personas se puedan adaptar a nuevas formas y contextos, lo que implica negarse muchas veces a hacer ciertas acciones. En el actual escenario, donde muchos trabajadores han declarado que están sobrecargados de labores, es necesario que puedan estructurar los horarios para realizar sus tareas.
También es fundamental que se desarrollen nuevas habilidades, especialmente porque en las empresas y los departamentos de Recursos Humanos están investigando sobre las nuevas habilidades blandas que necesitarán las personas. Llovet indica que hay que mantenerse a la vanguardia sobre estos temas para trabajar y desarrollar nuevas competencias que ayudarán a mejorar la capacidad de adaptación.
El cofundador de Nawaiam dice que hay que mejorar el autoconocimiento, para lo cual es necesario "reconocer el nuevo contexto y sus cambios, pero esto no es suficiente, debemos poseer mayor conciencia y conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades, qué realizamos de forma natural con menor esfuerzo y qué nos cuesta más".
“La incertidumbre que el virus genera y no tener certeza de una vacuna desestabiliza la sensación de seguridad que solíamos tener. Las crisis son oportunidades para cambiar hábitos y miradas. Trabajar la resiliencia nos permite enfrentar la adversidad ante situaciones traumáticas y desarrollar nuevos recursos para proyectarnos hacia el futuro”, concluyó Llovet.