Varios estudios sugieren, pero no prueban, que los niños tienen menos probabilidades de infectarse que los adultos y más probabilidades de tener síntomas leves.
El papel que juegan los niños en la pandemia de coronavirus es la pregunta candente del verano, mientras los niños disfrutan de su tiempo libre mientras las escuelas trabajan en cómo reanudar las clases.
La administración Trump dice que la ciencia "es muy clara", pero muchos médicos que se especializan en pediatría y enfermedades infecciosas dicen que gran parte de la evidencia no es concluyente.
"Todavía hay muchas preguntas sin respuesta. Ese es el mayor desafío", dice la Dra. Sonja Rasmussen, profesora de pediatría de la Universidad de Florida y ex científica de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Varios estudios sugieren, pero no prueban, que los niños tienen menos probabilidades de infectarse que los adultos y más probabilidades de tener síntomas leves.
Un informe temprano de Wuhan, China, donde el brote comenzó el invierno pasado, encontró que menos del 2% de los casos fueron en niños. Informes posteriores sugieren que entre el 5% y el 8% de los casos en Estados Unidos son en niños.
Hasta el 9 de julio, alrededor de 200 mil niños habían dado positivo en Estados Unidos, según un recuento basado en informes estatales de la Academia Estadounidense de Pediatría. Sin embargo, el número de niños que han sido infectados es casi seguro mucho mayor que eso, según los expertos, porque aquellos con síntomas leves o sin síntomas tienen menos probabilidades de hacerse la prueba.
Los CDC dicen que 228 niños y adolescentes hasta los 17 años murieron a causa de la enfermedad en Estados Unidos hasta el jueves. Más de 138 mil estadounidenses han muerto en total, y ha habido más de 3.6 millones de casos confirmados.
Un estudio temprano que examina las infecciones en niños proviene de un hospital de Wuhan. De 171 niños tratados allí, la mayoría tenía una enfermedad relativamente leve. Un niño murió y solo tres necesitaron cuidados intensivos y tratamiento con ventilador. Quizás más preocupante fue que 12 tenían evidencia de neumonía por rayos X, pero no otros síntomas.
Un estudio de los CDC con 2.500 niños publicado ese mismo mes, en abril, se hizo eco de esos hallazgos. Aproximadamente, 1 de cada 5 niños infectados fueron hospitalizados versus 1 de cada 3 adultos; murieron tres niños. El estudio carece de datos completos sobre todos los casos, pero también sugiere que muchos niños infectados no tienen síntomas.
"Estamos tratando de descubrir quiénes son esos niños", señala Rasmussen. "Necesitamos determinar el impacto en los niños y en el resto de la comunidad, sus padres y sus abuelos. Si se transmiten mucho entre ellos y luego se lo llevan a sus familias".
No saber si los niños están infectados dificulta la reapertura de las escuelas de manera segura, dicen muchos expertos. La escasez de datos sobre si los niños infectados, incluidos aquellos sin síntomas, transmiten fácilmente la enfermedad a otros complica el problema, menciona Jeffrey Shaman, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Columbia.
Un estudio de JAMA Pediatrics de mayo, citado el jueves por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, involucró a solo 48 niños tratados en unidades de cuidados intensivos de Estados Unidos y Canadá. Como indicó McEnany, la mayoría no estaba gravemente enferma. Aún así, no mencionó que 18, o casi el 40%, necesitaban tratamiento con ventilador y dos murieron.
McEnany tenía razón en que los niños parecen menos propensos a enfermarse gravemente por COVID-19 que por la gripe. Pero los CDC dicen que COVID-19 puede ser más contagioso y se ha relacionado con más eventos de "superación" que la gripe, lo que significa que puede propagarse rápidamente e infectar a muchas personas.
Además, se han encontrado coágulos de sangre y daños en órganos en niños con COVID-19, incluidos aquellos que desarrollan una enfermedad inflamatoria relacionada. El recuento más reciente muestra que 342 niños y adolescentes estadounidenses han desarrollado esa afección, llamada síndrome inflamatorio multisistémico en niños.
La condición es rara pero puede ocurrir en niños con infecciones actuales o recientes por COVID-19. Los síntomas incluyen fiebre y problemas en al menos dos órganos, que a menudo incluyen el corazón. Los problemas digestivos son comunes, y algunos casos se han confundido con la enfermedad de Kawasaki y el síndrome de shock tóxico.
Quizás la mayor incógnita es si puede resultar en daño permanente a los pulmones y otros órganos. El virus es demasiado nuevo para saberlo con certeza.