Las conversaciones de otras personas en la oficina son uno de los sonidos más destructivos en el entorno de trabajo.
Las conversaciones de otras personas en la oficina son uno de los sonidos más destructivos en el entorno de trabajo. ¿Cómo pueden las organizaciones tener espacios colaborativos sin afectar el bienestar de los empleados?
En medio de una fuerte tendencia por crear oficinas más abiertas y colaborativas, algunos trabajadores comienzan a ver una falla clave: el ruido. Los sonidos irritantes pueden provenir de diferentes fuentes, como el aire acondicionado, tonos de llamada molestos, tráfico, construcciones y, especialmente, de las voces de otras personas.
¿Pero hasta qué punto tener una oficina o compañeros estridentes es un problema?
El ruido en la oficina es más que sólo un síntoma de problemas de productividad. De acuerdo con expertos de Steelcase, los espacios poco propicios para el trabajo y la concentración afectan el bienestar de los empleados, lo cual repercute en el camino hacia la innovación.
"Significa una enorme carga en los corazones y cerebros de las personas, así como en los oídos”, explica el doctor Wolfgang Babisch, investigador especializado en ruido ambiental de la German Federal Environmental Agency.
Debido a que éste activa el sistema nervioso, aumenta la presión de la sangre y libera hormonas de estrés, con el paso del tiempo estas respuestas instintivas afectan también al sistema cardiovascular, provocando enojo, como agotamiento.
"Hay diversos estudios que demuestran que el sonido más destructivo es el de las conversaciones de otras personas”, indica Julian Treasure, presidente de la agencia consultora británica The Sound Agency, argumentando que contienen información que el cerebro, inevitablemente, intenta procesar.
Además, el especialista indica que el problema suele agravarse, ya que las personas hablan más fuerte conforme el ruido a su alrededor es mayor.
Resolver el problema del ruido en los espacios de trabajo es un reto, pues la acústica no suele ponerse entre las prioridades al diseñar entornos laborales y no existe un equilibrio entre espacios abiertos y lugares para trabajo individual.
"Los entornos ruidosos hacen que los trabajadores que requieren de mayor concentración se sientan estresados, pero la posibilidad de comunicarse sin restricciones es muy valiosa para cierto tipo de proyectos y áreas. En otras palabras, las oficinas deben crear espacios en los que ambas formas de trabajo coexistan”, agregó.
Esto con el fin de que, individualmente o en grupos pequeños, las personas sean más creativas y productivas, sin verse afectadas emocional ni cognitivamente.
"Es imposible evitar el ruido en un espacio donde muchas personas conviven por más de ocho horas. Sin duda, combatirlo también infiere una mejor cultura laboral, pero el diseño de espacios que contemple una buena acústica y lugares a la medida, tanto para el trabajo aislado como el colaborativo, es un gran aliado para proveer de mayor efectividad y bienestar a las oficinas de hoy”, concluye Cantón.
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