La OMS ha declarado que el estrés es una de las mayores amenazas para la salud en el siglo XXI y predice que para el 2020 cada segunda baja por enfermedad estará relacionada con situaciones de estrés y ansiedad.
Por Thea Bohn para Babbel Magazine. Tomar una clase de yoga, ver tu película favorita o hacer un detox de la ciudad, tratar de relajarse es ciertamente uno de los privilegios o más bien imperativos del siglo XXI. Por más que lo intentemos, a algunos nos resulta difícil huir del estrés de las situaciones del día a día; ¿pero estamos perdidos o existe algún método efectivo y a largo plazo que nos ayude a aliviar el estrés? Sin tratarse de una cura milagrosa, aprender idiomas es una de las mejores maneras de disminuir los niveles de estrés, pues contrarresta cinco de sus causas más comunes y, además, ¡tiene el efecto secundario de que serás capaz de hablar un nuevo idioma!
Ahora bien, ¿cuál es el papel del aprendizaje de idiomas para nuestra salud y bienestar emocional? La Organización Mundial de la Salud ha declarado que el estrés es una de las mayores amenazas para la salud en el siglo XXI y predice que para el 2020 cada segunda baja por enfermedad estará relacionada con situaciones de estrés y ansiedad. Su informe propone que uno de los mecanismos de prevención secundaria y de reducción del estrés es la educación y formación en nuevos campos del conocimiento.
Desde hace un tiempo, los medios de comunicación han informado sobre los efectos negativos del estrés, los cuales lo reconocen como una enfermedad y como una de las mayores amenazas de esta era para la salud. Para que disminuir el estrés no te resulte… estresante, te mostramos cómo aprender idiomas puede relajarte y contrarrestar sus cinco causas más comunes.
1. El ansia por alcanzar la perfección
Has terminado tu presentación, ¿pero te parece que el color de la gráfica en la diapositiva 47 podría ser un poco más suave? A menudo, las conductas perfeccionistas van de la mano de la ambición. El hecho de vivir en sociedades competitivas nos ha hecho colocar expectativas muy altas en cuanto a nuestro desempeño, una presión innecesaria que puede resultar nociva a largo plazo. ¿Qué podemos hacer al respecto? Una de las primeras lecciones al aprender un idioma es que cometer errores es necesario, pues cuando te equivocas aprendes más rápido cómo funciona el idioma. De esta forma consolidarás el marco gramatical con todas las reglas y excepciones, así, cuando des el primer paso en falso, te acordarás de los no go de este nuevo idioma. Lentamente, el miedo inconsciente al fracaso desaparecerá sin afectar tu autoestima, después de todo, cada vez que reconoces un error eres un poco más inteligente. Al reconocer que los logros no dependen del nivel de perfeccionismo invertido, te relajarás más que con un masaje en la espalda.
2. El agobio laboral
Ya has programado la próxima hora en tu calendario para practicar la presentación que tendrás que hacer a tus socios comerciales en Rusia, pero de repente tienes que ocuparte de esta tarea inesperada que necesita toda tu atención. El trabajo es uno de los principales responsables de los altos niveles de estrés de nuestra era, ya sea debido al volumen, la complejidad, la disponibilidad o la falta de estructura en el enfoque laboral.
Probablemente te preguntarás si añadir un factor externo, a.k.a. un nuevo idioma, al ya exigente entorno laboral es la mejor opción —especialmente considerando los esfuerzos que conlleva aprender idiomas—. La respuesta es simple: el enfoque sistemático garantiza que aprenderás nuevas técnicas de organización y aprendizaje relevantes para tu día a día. Algunas son, por ejemplo, habilidades interpersonales como una mejor administración del tiempo, el establecimiento de prioridades, la creación de estructuras organizativas, el aumento de tu autoestima y la habilidad para resolver problemas. Al practicarlas e implementarlas en tu vida diaria, notarás una mejoría en la forma como manejas tus niveles de estrés, te relajarás más y no te dejarás agobiar por aquellas cosas que no puedes controlar. Adicionalmente, estudios en neurociencia han demostrado que aprender idiomas puede agudizar tu racionalidad y ayudarte a tomar decisiones profesionales sin estrés.
3. La frustración de no participar
¿Te han cambiado el vuelo a Estados Unidos, no has recibido la notificación y no entiendes por qué el personal de la aerolínea no te ha dejado subir al avión? Reaccionar en una situación como esta y, además, confiar en que tu interlocutor está entendiendo tu preocupación ciertamente puede llevar nuestros niveles de estrés a otra dimensión. No te preocupes, no necesitas explicarle a nadie la terrible sensación de impotencia y fobia a este tipo de situaciones, been there, done that.
Independientemente de la situación, nunca está de más refrescar un poco tus conocimientos en uno u otro idioma antes de salir, sobre todo si consideras la riqueza de los encuentros interculturales durante el proceso de aprender otros idiomas. Es evidente que tus habilidades comunicativas mejorarán, no solo por el hecho de hablar y entender un idioma adicional, sino también por la precisión y seguridad con la que elegirás tu vocabulario. La mejor manera de entender las sutiles diferencias semánticas en tu lengua materna o en un idioma extranjero es comparando diferentes idiomas. Aunque (¿por desgracia?) no podrás leer los pensamientos de los demás, al aprender un nuevo idioma obtendrás acceso a una nueva cultura, así como a visiones del mundo hasta entonces desconocidas. Mientras que esta conexión intercultural te permitirá desenvolverte de mejor manera en situaciones inesperadas durante tus viajes; en casa, estos conocimientos adicionales te convertirán en una persona cosmopolita.
4. Exceso de estímulos y falta de concentración
¿Quieres escribir un discurso de agradecimiento pero el edificio del lado está en construcción, la marcha de un grupo de personas está pasando por tu calle y no sabes cómo enfrentarte a la página en blanco que tienes frente a ti? Los estímulos externos, como el ruido o el frío, suelen tener un efecto negativo en nuestro bienestar y, a menudo, van de la mano con la falta de concentración.
Si no es posible acceder a un lugar más agradable, los pequeños ejercicios de concentración pueden ayudarte a filtrar los estímulos y a aliviar el estrés. Unos de los más efectivos son aquellos que estimulan la interacción de ambos hemisferios del cerebro, facilitando así la concentración y relajación. Prueba acercando tu codo derecho a la rodilla izquierda y luego el codo izquierdo a la rodilla derecha. Igualmente inusual, pero efectivo es intentar trazar la forma de un ocho con los ojos cerrados.
5. Factores personales
Muy seguramente, esta categoría reúne los dramas y situaciones que siguen siendo una fuente recurrente de estrés emocional en tu vida. Ya sea si te peleaste con tu mejor amigo, si acabas de dejar a tu pareja o si estás a punto de mudarte a un nuevo país y de dejarlo todo atrás, evitar el estrés es imposible. Imaginándonos el peor escenario posible, ¿es posible que aprender un idioma pueda ser de mayor utilidad que comer chocolate?
Los conflictos personales nos generan estrés porque ponen a prueba los cimientos de nuestra identidad y alteran el status quo del entorno que nos rodea. Lo más importante en este tipo de situaciones es reforzar nuestra autoestima, poner en perspectiva los problemas y mantener la calma. El hecho de aprender un idioma, ¡y hablarlo!, es una experiencia reconfortante que te relajará y aumentará tu seguridad frente a otras circunstancias. Al aprovechar tu tiempo libre para aprender un idioma estás invirtiendo en tu activo más importante: en ti. Considerando las cosas desde esta perspectiva, se te facilitará resolver con calma los problemas actuales.
Aprender un idioma extranjero trae consigo el beneficio de la empatía, lo que te permitirá abordar de manera adecuada situaciones de estrés a consecuencia de la inconformidad o de la falta de comunicación con tu interlocutor. Por último, un nuevo idioma siempre te permitirá conocer gente interesante.
¡Relájate y disfruta de todos los beneficios de aprender idiomas!
**Previamente publicado en Babbel Magazine. Reproducido con la autorización de Babbel Magazine**
FOTO: UNSPLASH.COM