Expertos detallan cómo puedes crear y mejorar tus hábitos con distintas recomendaciones claves.
Cuando estamos en la universidad nuestra principal preocupación son los exámenes, materiales y actividades por cumplir.
Algunos estudiantes solventan los gastos a través de un trabajo, mientras que otros reciben apoyo económico de sus padres u otros familiares por diferentes circunstancias.
Como Luisa Huayamave, de 23 años, quien de US$200 que envía su madre desde el exterior, separa US$70 para copias, libros y pasajes. “Tengo que administrarlo de la mejor manera, pues tengo una niña y el dinero no alcanza”, dice.
Algo similar ocurre con María Estrella Ochoa, de 28 años. Ella no recibe ayuda económica de sus padres, pero sí emocional. Afirma que su esposo es quien le da una mensualidad para solventar los costos. “Como estoy a poco tiempo de terminar la carrera, trato de gastar lo menos posible porque no es fácil”, cuenta.
Ambas son estudiantes en la Universidad de Guayaquil. Ellas son parte de una etapa donde se ponen en práctica los primeros pasos para manejar adecuadamente las finanzas, ya sea iniciando con una mesada o por ingresos propios.
Juan Miguel Esteves, docente de la Universidad Católica, recomienda que, para estirar un poco el dinero en esta etapa estudiantil, se deben planificar los gastos en relación a los ingresos, sin emocionarse. “Sé frío a la hora de comprar, piensa que en ese momento estás dejando a un lado cosas más importantes”, dice.
Con esto concuerda Ricardo Valle, profesor de economía en la Universidad de Guayaquil, quien cree que lo mejor es elegir acorde a las necesidades. “Debemos tener la capacidad de reacción en caso de enfrentar una situación económica, por ejemplo, en vez de imprimir copias, usar pen drive o buscar libros digitales sino tenemos para los físicos”, explica.
Según cifras de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), en el 2016 ingresaron 594.106 estudiantes a los centros de estudios superiores.
Uno de ellos, Erick Bulgarín, de 21 años, alumno del Instituto Tecnológico 'Vicente Rocafuerte', trata de llevar una planeación basada en objetivos, tiempo, administración, ahorro e inversión. Él trabaja en el día y estudia por la noche. “Mis ahorros van para alguna emergencia o para apoyar en mi hogar”, señala.
Ingrid Macui, docente en ciencias económicas de la Universidad de Guayaquil y Venustiano Carrillo, de la Católica, afirman que el hábito de una administración responsable debería iniciarse desde el hogar y adoptarse como un estilo de vida.
Sugieren a los jóvenes empezar practicando una serie de costumbres para evitar malgastar los ingresos.
¿Cómo crear o mejorar hábitos?
Crecer profesionalmente ligado al manejo de las finanzas, harán crear hábitos y sentar base del comportamiento cuando se alcance una independencia monetaria. Así que es importante aprovechar los recursos, elegir prioridades y emprender en alguna actividad.
A continuación, los expertos detallan, cómo puedes crear y mejorar tus hábitos.
1. Metas:
Debes trazarte objetivos para llegar a la situación deseada, empezando por realizar un cronograma que incluya metas reales a corto plazo, sean estas semanales o mensuales. Por ejemplo: dejar separado el dinero para el transporte mensual, impresiones y libros. Para las metas a largo plazo, el estudiante debe esforzarse para lograr deseos como: maestrías, estudiar inglés o comprar una laptop.
2. Tiempo:
Para planificar el futuro se requiere de tiempo y elementos para llegar a lo deseado. Los principales: la preparación y el dinero.
Investiga y autoedúcate en tiempos libres para que tu proceso de estudio sea más fácil y así aumenten las oportunidades. Lo mismo ocurre con el dinero, guardar cada cierto tiempo una parte de lo que recibes o de lo que ganas, ayudará a cumplir las metas planteadas al inicio.
3. Administración:
Realiza un plan de sus gastos, que incluya movilización, copias, alimentación, entre otros. Recuerda ordenarlos por prioridad, de esta manera cubrirás los más necesarios. Por ejemplo: si tienes que imprimir una investigación, comprar hojas o libros. Elige la que esté más próxima.
4. Ingresos y ahorro:
Si el estudiante tiene un trabajo, cierta cantidad de los ingresos debería destinarlos al ahorro para el cumplimiento de objetivos. La misma situación si recibe una mesada.
Los resultados de este hábito de separar dinero se ven reflejados a largo plazo. Si guardas el 50% y lo acumulas, podrás asegurar una parte de tus estudios de tercer nivel.
5. Inversión:
La tecnología, sin duda, facilita el tema educativo. Algunas de las tareas se descargan online, lo cual ayuda a disminuir gastos y abrir oportunidades para invertir. Lo aconsejable es hacerlo con equipos que requiera el estudiante, de acuerdo a su carrera; abrir una cuenta bancaria para ganar intereses; o empezar a financiar su viaje al exterior, en caso de obtener una beca.
Otros consejos:
- Evalúa con realismo tu situación.
- No adquieras cosas innecesarias.
- Realiza acciones de microemprendimiento que no demanden tantos recursos y que en el largo plazo puedan afectarte económicamente.
- Asistir a eventos que no estén relacionados a tu formación profesional. Este intercambio de conocimientos puede generar vínculos con estudiantes o profesionales de otras carreras.
- Maximizar tus beneficios mediante el ahorro (comparando precio, calidad y servicio).
- Improvisar en el mediano y largo plazo para que puedas desarrollar un proyecto.
- Realiza pasantías para que puedas vincularte al mundo laboral, aunque no sean remuneradas, pero te permiten acumular experiencia que siempre será útil al momento de aplicar a empleos.
- Participa en cursos o seminarios gratuitos para mejorar tus competencias y hoja de vida.
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