En los próximos años será inevitable que las empresas integren nuevas tecnologías, adoptando una estrategia digital centrada en la automatización y nuevos empleos.
Retirar efectivo de un cajero automático, comprar bebidas, yogurt (¡e incluso celulares!) en una máquina capaz de entregarlos y cobrar dinero, recibir el ticket de estacionamiento y pagarlo a través de un dispositivo electrónico, son algunos de los quehaceres cotidianos que alguna vez fueron avances tecnológicos.
Y es que la aparición de la automatización en las industrias ha sido una constante en el tiempo y no se descarta que a futuro su uso sea cada vez mayor, debido a la capacidad de optimizar costos y entregar una alta eficiencia en el trabajo.
Según datos entregados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se estima que cerca del 14% de los empleos en todos los países que integran esta organización, experimenten a futuro una alta probabilidad de ser automatizados, mientras tanto que un 32% de oficios padecerán modificaciones sustanciales por la intervención de la tecnología.
El arribo de la automatización en las empresas conlleva a la simplificación de tareas, más allá de mecanizar procesos. La revolución industrial que representa el uso de este sistema estimulará a futuro la creación de nuevos puestos de trabajo y mejoras en la forma en que estos se lleven a cabo, ya que disminuiría los esfuerzos físicos del trabajo, mejorando la productividad, permitiendo al mismo tiempo que las empresas puedan contar con un sistema confiable de información al momento del proceso y permita una toma de decisiones de forma rápida.
Para Cristián Peña, analista senior de consumo de IDC Chile, la importancia de la automatización en las empresas es un proceso fundamental para dar paso al futuro. “Es esperable que la automatización paulatinamente vaya coexistiendo y transformando ciertas fuentes laborales. En este contexto, es relevante mencionar que además hay otras innovaciones tecnológicas impactando a la organización por lo que se hace necesario que las organizaciones tengan claridad en cómo integrar estas innovaciones en el contexto de la economía digital que gobernará la próxima década”, indica.
Y es que el proceso del trabajo se modificará a medida que las empresas integren sistemas autónomos, ya sea de cara a personas, o entre máquinas, todo bajo la promesa que el proceso de transformación digital en el que se circunscribe la automatización permitiría aumentar la productividad de las empresas e incrementar su efectividad ya no sólo a una escala de optimización de la empresa si no a una escala de la cadena de valor de la organización
Según la OCDE más de la mitad de los empleos en nuestro país (55%) podrían llegar a ser sustituidos por máquinas a la posteridad. A medida que las herramientas y tecnologías mejoran, mayor es la utilización de diversas técnicas que buscan mejorar nuestra calidad de vida permitiendo hacer más trabajo en menos tiempo. Sin embargo las necesidades de trabajo se transformarán y los trabajadores debemos estar preparados para ese cambio.
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