De acuerdo a reporte de Almabrands, los valores de empatía, responsabilidad y transparencia serían los menos desarrollados por las empresas en Chile.
No es extraño escuchar sobre la crisis de confianza que existe hacia las empresas, en América Latina y el mundo. Una crisis que se registra hace cinco y seis años, con las nuevas generaciones como protagonistas claves.
Según Carolina Altschwager, directora ejecutiva de Almabrands, quien se presentó en el Seminario de Desarrollo del Capital, realizado en Santiago, Chile, y organizado por Otic Sofofa, “se desató esta crisis de confianza y se instaló en la agenda pública como un tema muy relevante, importante en la relación entre las empresas y las comunidades, sus entornos, entre empresas y personas, y personas y instituciones públicas y mundo político”.
Altschwager, como parte de los conferenciantes en el seminario, se refirió a los grandes cambios que se han experimentado y que han afectado a las empresas y organizaciones.
“Una serie de aspectos o ámbitos que eran ciertos para las personas se volvieron completamente transparentes y nos hicieron preocuparnos por cosas que antes no nos preocupaban tanto”, dijo.
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A bajo las jerarquías, arriba la colaboración
Este nuevo panorama también se puede evidenciar mirando al interior de las empresas, donde el concepto de autoridad empezó a ser cuestionado, tanto como la manera de hacer empresa. Esto ha generado que en muchas organizaciones se rediseñen las estructuras, de forma de que haya mayor flexibilidad, versatilidad y colaboración.
Y en esto, la directora de Almabrands dice que las nuevas generaciones tienen mucho que decir, y claramente ya lo están haciendo. “Estamos ante un escenario donde hay nuevas expectativas de las personas, muy representadas por las generaciones más jóvenes, que son mucho más implícitas en pedir que las organizaciones tengan propósito, sentido y responsabilidad con el entorno. Desde ahí hay nuevas expectativas a la confianza”.
Ante esto, Marcelo Pinto, entrenador de HPI dice que "pareciera ser que hoy día hay una voz que está alineada en términos de las generaciones para pedir más espacio de desarrollo, y eso conlleva a las organizaciones a adaptarse a un modelo funcional que considere los propósitos de las personas dentro de la misión y visión de la empresa".
Sin embargo, añade Pinto, "los propósitos organizacionales son algo que se vienen dando desde que se creó en la primera revolución industrial todo lo que tenía que ver con los objetivos estratégicos y la utilización del capital humano para ellos". Para él, entonces, no se trata de que el propósito ahora tenga mayor importancia, sino que se le está reorientando a las necesidades de los colaboradores. "Pero no necesariamente como se pensó en una primera instancia de contribuir al propósito que aportaban al crecimiento de las organizaciones. Las nuevas generaciones aportan con una mirada más crítica, pero no reconstituye lo que son las misiones y motivos organizacionales".
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La confianza es clave
Dado todo esto, la confianza parece ser cada vez más relevante y clave. En Almabrands, dice su directora, desarrollaron durante cinco años un índice de confianza denominado ICREO, que busca generar conversaciones acerca de la confianza. En base a esto se dieron a conocer algunos resultados, como que la relación de confianza entre las empresas y personas se construye en base a cinco dimensiones: Honestidad y transparencia; responsabilidad; empatía; respaldo; y trayectoria.
“Nos encontramos con que estas cinco dimensiones no eran iguales, y llamamos a las dos últimas como Confianza Tradicional, porque son variables que históricamente las empresas han construido y son fuertes. Las empresas que tienen altos niveles de confianza desarrollan fuertes niveles de respaldo y son accesibles, sin embargo lo que llamamos nueva confianza, las tres primeras dimensiones, son las menos desarrolladas por las organizaciones y las más importantes para las personas”, dice Altschwager.
Es así como Empatía, responsabilidad, y transparencia son dimensiones que deben ser trabajadas en las empresas.
Para Marcelo Pinto, estos valores “no solo se configuran en el ámbito organizacional, son valores que tienen que tener las personas. Por lo tanto, el poder trasladar todo este término valórico en una organización es una garantía de éxito en la misma interacción que es necesaria para el progreso organizacional”.
Y es por esto, indica Pinto, que las empresas deberían proveer de ciertos espacios como las unidades de bienestar y calidad de vida, entre otros, y también considerar el ingreso de aliados estratégicos y cargos de liderazgo que puedan motivar las relaciones interpersonales a través de los valores.
La directora de Almabrands refiere que se debe avanzar hacia la empatía y honestidad al interior y exterior de la organización. En el caso de la empatía, al analizar algunos de los resultados del índice surgen hallazgos como que los trabajadores quieren que se avance en algunos temas:
- Se conozca a las personas.
- Que se sintonice con la realidad y el entorno.
- Se respeten sus tiempos.
- Se les escuche activamente.
- Que se den soluciones.
- Sientan que hay sentido de justicia.
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Construyendo confianza y humanizando las marcas
A esto también se suman otros retos, como la humanización de las empresas y marcas, así como construir confianza de forma bidireccional.
“Construir confianza es algo que tiene que ver con una responsabilidad y respuesta, tanto de la organización como de las personas. Las nuevas generaciones muestran confianza de reciprocidad y responsabilidad compartida”, dice.
De acuerdo con Pinto, es posible mejorar la confianza al interior de las empresas desde lo básico, a través de que cualquier acto se transparente, pero también “hay que considerar que estamos entre personas, si se deja el rol laboral como una guía o como una herramienta que nos permita generar mayor productividad o calidad de servicio dependiendo el área, nos podemos enfocar en que las personas utilizarán los espacios de conversación y de relación para poder configurar una relación más fuerte y más fiable a lo largo del tiempo”.
Por esto, dice, es prioritario que la empresa considere al otro como una extensión de la misma relación laboral, “para poder entenderlo y generar una alianza estratégica atendiendo las necesidades de cada colaborador”.
En el seminario, la directora de Almabrand, anunció la elaboración de un reporte que están haciendo con Otic Sofofa, en la que en una primera instancia "se consultará a cerca de 2.000 trabajadores que pertenecen a distintas empresas para medir su percepción frente a las empresas en general". Tras esto, " pilotaremos el modelo en al menos tres empresas específicas, para analizar la confianza al interior de estas organizaciones con distintos perfiles y tamaños. La idea es que luego las empresas y organizaciones puedan acceder al modelo y autoevaluar la confianza que generan al interior y levantar necesidades o requerimientos de mejoras, todo esto a través de una plataforma virtual".
Se espera que entre marzo y abril se conozcan los primeros resultados.
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