Al igual que los grandes clubes de fútbol, un emprendimiento tiene que tener un líder capaz de conducir a su equipo al éxito.
En la figura del DT recaen complejas y diversas responsabilidades como captar todas las presiones para darle tranquilidad a los jugadores, organizar el campo de juego, armar estrategias para las jugadas, estudiar los movimientos del rival, dar la cara en conferencias de prensa, detectar los inconvenientes físicos y psicológicos de su equipo para poder planear posibles cambios y ajustes pero, sobre todas estas tareas, el DT tiene la plena y absoluta responsabilidad de motivar y ser un Líder positivo para conseguir resultados.
Lo mismo sucede a la hora de empezar un negocio independiente o realizar aquel proyecto que tanto ansiabas. Entender cuáles son los puntos preponderantes a tener en cuenta y qué obligaciones son las necesarias para ejercer el rol con pertinencia y eficacia es de suma importancia.
Cuando una persona trabaja en una oficina y está cotidianamente relacionándose con superiores y jefes directos, es más fácil observar y detectar aquellas falencias o aciertos que llevan a una persona a ser un líder que genere consenso y un ambiente relajado pero productivo, de uno que simplemente emite órdenes a subalternos basado sólo en una relación verticalista de trabajo.
Los emprendedores novatos muy comúnmente recaen en frases del estilo: “Voy a ser mi propio jefe, ahora las cosas van a ser diferentes. Mis empleados van a estar satisfechos”. Pero al momento de la acción y con la presión por conseguir una cuenta, invertir dinero o apostar por un desafío riesgoso comienzan a flaquear las mejores intenciones.
Entonces, en medio de la vorágine que implica tener un proyecto personal autosustentable, es muy factible que la persona olvide aquello que aprendió mientras trabajaba en relación de dependencia y caiga, justamente, en los típicos errores que marcan la diferencia entre ser un mero jefe y un líder que guía y acompaña el crecimiento de la empresa.
¿Líder se nace o se construye?
Es un cliché instaurado en la sociedad la pregunta acerca de las capacidades de un líder y si estas son de carácter innato o adquirido.
Sócrates con su famosa frase “sólo sé que no sé nada” se convirtió en un líder indiscutido en la antigua Grecia, por incentivar a sus interlocutores a que se pregunten sobre los verdaderos conocimientos que tenían acerca de un tema determinado.
Ante el asombro de ellos, Sócrates descubría que los atenienses no sabían en realidad lo que pensaban saber y fomentaba con este método el arte de dar a luz una verdad liberadora. Es decir, mostraba una realidad que podía ser cambiada y modificada positivamente.
Por tal motivo, toda cuestión en donde intervengan variables tan cambiantes como heterodoxas acerca de la personalidad y el carácter de una persona son producto de un constante crecimiento y aprendizaje, que continuamente puede ser moldeado por la voluntad de cada persona.
El hecho que alguien diga que una persona no es capaz de hacer algo porque no tenía de chico las habilidades suficientes, o no las tiene en el presente, está ampliamente desterrado con los cuantiosos ejemplos que prueban lo contrario.
Nadie pensaba que Ghandi con su método de no violencia podría ser una amenaza para el colonialismo de Inglaterra. Sin embargo liberó a su pueblo.
Nadie ponía demasiadas expectativas en una niña que padeció en su infancia abusos psico-físicos y que, además, despidieron de un canal estadounidense por no cumplir con las condiciones necesarias para la TV. Sin embargo Oprah Winfrey es sinónimo de audiencia, carisma y éxito.
Nadie apostó por un joven que no destacaba en el ámbito académico y que, además, poseía trastornos psicológicos, hoy conocido como trastorno obsesivo compulsivo. Sin embargo, Charles Darwin consiguió y, aún en la actualidad, mantiene millones de adeptos a su teoría evolucionista de la historia poniéndose en frente de la iglesia como principal opositor.
Todos ellos, líderes absolutos, validados por la aceptación masiva e influyentes cada uno en su campo de acción (política, espectáculos, ciencia), demuestran claramente que la construcción de los hechos más significativos de sus vidas, las experiencias y los entornos que han vivenciado los llevaron a un proceso de crecimiento continuo que les permitió convertirse en referentes indiscutidos.
Aprender de los mejores
La nota empezó con la analogía de los técnicos de fútbol porque son un ejemplo gráfico y de público conocimiento de cómo conducir a un equipo a la victoria o al debacle total.
Estamos acostumbrados a que nos hablen de Steve Jobs, de Bill Gates, de Mark Zuckerberg como agentes de inspiración y éxito y por supuesto que lo son. Apple, Microsoft y Facebook, sin lugar a dudas, sientan precedentes de un trabajo realizado con innovación, carácter y líderes que supieron conducir el éxito a su equipo.
Pero, muchas veces, la inspiración justamente se encuentra en las cosas que más nos apasionan y gustan.
Analizamos a cuatro DTs que han ganado diversos reconocimientos deportivos y humanos para aprender de ellos a la hora de inspirarte para destacar como líder de emprendimientos o negocios.
Marcelo Bielsa y la búsqueda minuciosa del detalle
“El loco” es un conductor táctico; analiza hasta el mínimo resquicio cada jugada, error u oportunidad para sacar el máximo provecho y no le tiene miedo al fracaso, sino que admite que cada derrota trae consigo un derrotero de oportunidades futuras de ganar.
“El miedo es muy útil para la competencia; el cuerpo funciona mejor con miedo. Pero si el miedo va más allá de lo razonable, el sistema hace que cualquier cosa sea inabarcable. Una cosa que articula mucho con el miedo es el error. No se puede jugar si no hay derecho a equivocarse. El error es el eje del mejoramiento y propone la autocrítica.”
“Si te dedicás a jugar, el fútbol te va a dar dinero; si te dedicás a ganar dinero, no te va a dejar jugar.”
“El fútbol ofensivo es infinito, interminable. Por eso es más fácil defender que crear. Correr es una decisión de la voluntad, crear necesita del indispensable requisito del talento.”
“Un hombre con ideas nuevas es un loco, hasta que sus ideas triunfan”.
Pep Guardiola y las ansias de nuevos desafíos
El actual DT del Bayer Munich y el responsable de haber guiado al Barcelona a innumerables títulos es un líder que evoca firmeza y pasión por los desafíos venideros. Sabiendo que el éxito no es sólo alcanzar el éxito sino mantenerlo, Guardiola siempre está un paso adelante a la hora de tomar decisiones, aunque estas impliquen un cambio de rumbo y aires renovadores para mantenerse en lo alto.
“No hay nada más peligroso que no arriesgarse”.
“Si perdemos, continuaremos siendo el mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos”.
“El secreto de un buen equipo está en el orden, que todos sepan lo que hay que hacer”.
“Todo vale en el fútbol, todo. No hay formas buenas y malas, mejores ni peores. Se puede ganar de mil maneras. Pero hay que sentir una manera como propia, no decir ‘voy a jugar como Pep’. Eso no sirve. Hay que estar seguro de una idea”.
José Mourinho y una personalidad arrolladora
El ex DT del Real Madrid que disputó en su carrera 419 partidos y de los cuales sólo ha perdido 48 de ellos, con una diferencia mínima de goles, tiene el don de la convicción y la visión para conjugar en un solo resultado todos los matices y caracteres de un equipo.
“Hay quien ríe después de una victoria, para mí no hay tiempo para festejar los éxitos".
“No soy el mejor del mundo, pero creo que no hay nadie mejor que yo”.
“No quiero un jugador que sea un hombre perfecto, que sea un perfecto profesional, que tenga un carácter fantástico; ese es el tipo de hombre que quiero para mi hija”.
“Mi equipo ideal es aquel en el que, en cualquier momento y en cualquier situación, todos los jugadores piensan de la misma manera”.
Alex Ferguson y el valor de la continuidad
El escocés destaca por haber dirigido al Manchester United por 26 años consecutivos logrando la Recopa de Europa, la Super Copa de Europa, la Liga de Campeones y la copa Intercontinental para su equipo, entre otras tantas distinciones. Su mayor característica es adaptarse al constante cambio y capitalizarlos para seguir consiguiendo resultados favorables.
“Hay 18 jugadores con los que uno parte a la guerra, pero se crean vínculos de confianza. Es como la familia. Puede ocurrir que uno pierda la lucidez necesaria para juzgar el valor de un jugador. Es un gran peligro”.
“Hay que adaptarse, organizar estos egos, estas personalidades y motivar a quienes lo tienen todo. Esta parte del trabajo es esencial”.
“Los jugadores de hoy no se parecen a los de hace 25 años. Mentalmente, no son igual de fuertes que antes porque se han criado en un entorno más fácil. Les encanta pensar que vienen de la clase obrera, pero no es la clase obrera que yo conocí”.
Claves para conducir un equipo de trabajo exitosamente
• Ser líder de uno mismo: Para cualquier actividad que uno quiera trasmitir a otro, primero hay que cosecharla para uno mismo. Dominar aquellos aspectos de la personalidad que son negativos para uno mismo conllevará a que en el futuro las personas acepten su liderazgo y valoren su dominio personal.
• Visión: Un verdadero líder sabe dónde quiere ir y planifica el camino minuciosamente aunque se encuentre muy lejos de concretarlo.
• Cooperación: Como los logros generalmente son grupales, un líder debe fomentar los valores entre todos los miembros del equipo, la ayuda, contención y complementación entre ellos es, sin lugar a dudas, un pilar fundamental en la concreción de resultados.
• Desafíos: Aceptarlos y afrontarlos con naturalidad y pasión es una cualidad indispensable de alguien que quiera convertirse en la cabeza de un proyecto.
• Destacar los aciertos del equipo: Estar atento a los logros de los demás es noble y justo para quien se está esforzando en su trabajo. El egocentrismo, por el contrario, es una mala característica de un líder que aún no ha logrado seguridad en él mismo.
• Asumir la presión: Para que los demás trabajen tranquilos y den su mejor potencial, el líder debe captar toda la presión y delegar a cada persona una tarea que en conjunto logre el objetivo deseado.
• Comunicación: Lo más importante en cualquier relación: la comunicación se convierte en una herramienta más eficaz que un bono o incentivo económico. Hablar sobre las aspiraciones, los deseos, inquietudes o molestias de cada uno de una forma sincera y con una intención real de colaboración hace que las personas rindan al máximo y estén orgullosas del lugar al que pertenecen.
Fotos: www.flickr.com, por In Mou We Trust