Según un especialista peruano, la mitad de estos trastornos comienzan en esa etapa de la vida.
La mitad de los problemas de salud mental empiezan en la adolescencia antes de los 14 años, por eso la detección temprana y su tratamiento tiene que hacerse antes de esa edad, reveló el médico psiquiatra Rolando Pomalima del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) de Perú.
Durante la entrevista que concedió al programa Saludablemente de Andina Canal online, el especialista en niños y adolescentes explicó que los cambios biológicos y emocionales que vive el ser humano en esa etapa de la vida, no se toman en cuenta todavía.
Por ese motivo, muchos padres de familia no entienden las conductas de sus hijos adolescentes, y rechazan sus actitudes confrontacionales, egocéntricas y rebeldes pues ya no desean acatar las indicaciones de los adultos sino hacer lo que desean.
“En esta etapa el cerebro está en crecimiento, responde a estímulos como en el primer año de vida. Los adultos no lo saben y por eso no toman en cuenta los vínculos afectivos. Eso puede crear problemas. En la adolescencia se vive un gran crecimiento social, maduración corporal, sexual, cognitiva y el cerebro es muy importante”, comentó el especialista.
Comunicación y confianza
Por eso es tan importante que los padres de familia, o adultos cercanos a adolescentes, generen espacios de diálogo y comunicación para que los chicos sientan confianza en expresar sus sentimientos e ideas.
“En la consulta con grupos multifamiliares vemos cómo los adolescentes tienen dificultades para decirles a sus padres que no están de acuerdo con sus disposiciones. Los chicos desean que no les griten, sino que los comprendan”, comenta el experto.
Salud Mental
Pomalima sostiene que, si no existe comunicación y confianza, los padres no desarrollarán un ambiente seguro y, por lo tanto, los adolescentes de su familia no tendrán capacidad de resiliencia, de superar cualquier tipo de problemas.
Si a esto se suma la violencia en la sociedad, las familias estarán generando apegos inseguros. Según el INSM el 50% de hogares peruanos vive en violencia familiar. Si existe violencia física, entonces aparecerán lo que se llama apegos desorganizados.
“Las grandes psicopatologías empiezan cuando los apegos inseguros y desorganizados se encuentran. Ese 50% de hogares está conformado por adultos que empezaron a tener problemas de salud mental a sus 14 años”, refirió.
Señales de alerta
Según el médico psiquiatra, una de las señales es el aislamiento. Si el adolescente se aísla, no quiere saber nada de sus padres: algo le está sucediendo. El ser humano no está diseñado para estar solo, afirmó.
La falta de rendimiento en las actividades que realiza, como el empezar a sacar malas notas en la escuela, es otra advertencia. “Las personas somos productivas cuando no tenemos problemas”, anotó.
De la misma manera la aparición de conductas agresivas, de autoagresión, ideas suicidas o el desinterés de ir a la escuela porque tuvo problemas de bullying, son otros indicadores de que el adolescente tiene problemas de salud mental.
Ante esa situación ocurrirán dos cosas: externalizará los problemas o los internalizará. Si opta por lo segundo, entonces le aparecerán problemas psicosomáticos: úlcera, asma, dolores, ansiedad y depresión.
Si las externaliza, tendrá agresividad, consumirá sustancias, tendrá problemas con la comida, anorexia, bulimia, obesidad o será papá o mamá adolescente, refirió el especialista del INSM.
Cambiar modelo de crianza
¿Qué hacer? Pomalima sostiene que los padres de familia tienen que promover el buen trato, la buena comunicación y vínculos afectivos para que los adolescentes entren en confianza y puedan expresar lo que sienten y necesiten.
“Tienen que cambiar el modelo de crianza. Muchos padres son autoritarios, punitivos o sobreprotectores, pero su formación tiene que ser asertiva: los adolescentes tienen derecho de hacer lo que quieren, pero tienen que ser conscientes de las consecuencias de su conducta, tienen que hacerse responsables”, anotó.