De acuerdo con Catherine Rojas, consultora de RRHH de Randstad, el valor diferencial radica en la creatividad, la innovación y la resolución de conflictos.
Se acerca diciembre y para gran parte de los estudiantes universitarios comienza el mes en que dan inicio a su práctica laboral, periodo en el cual tienen la oportunidad de aplicar los conocimientos aprendidos en la sala de clase, pero también de desarrollar habilidades blandas y demostrar si cumplen o no con los nuevos requisitos demandados por las compañías.
No hay que olvidar el mercado laboral se encuentra en continua evolución y que, de acuerdo a predicciones, se producirá una drástica transformación profesional, lo que indica que los trabajadores de todos los niveles deberán adaptarse a los retos que planteen las nuevas tecnologías y a la repercusión que éstas tienen en la sociedad, tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Catherine Rojas, consultor de Recursos Humanos de Randstad, señala que actualmente el valor diferencial radica en la creatividad, la innovación y la capacidad de resolución de conflictos. “Resulta esencial que las personas que se están insertando al mercado laboral sean una fuente inagotable de generación de ideas, ya sea básicas o complejas; además de que estén capacitadas para reaccionar ante cualquier tipo de imprevisto y ofrecer soluciones. Por otro lado, no es aconsejable demostrar escaso dominio tecnológico, ya que hoy es prácticamente una obligación estar informado acerca del uso de las nuevas herramientas disponibles o, en su defecto, ser consciente de que para permanecer actualizado hay que investigar, preguntar y ser autodidacta en ciertos aspectos que sin duda otorgarán un valor extra en el trabajo”, dice.
Pero, ¿cuándo una empresa considera que el alumno ha realizado una gestión destacada? Al respecto, Rojas señala que también es relevante enfocarse en tener la actitud correcta. En este sentido, las claves son “mostrar interés por el trabajo y por los proyectos encomendados, evidenciar entusiasmo en cada una de las tareas, ayudar y tomar la iniciativa sin olvidar cuáles son las funciones y extralimitarse, mostrarse proactivo y eficiente, generar un buen clima de trabajo, tener capacidad de adaptación a la cultura de la empresa, ser empático, flexible y mostrar autonomía”.
Asimismo, como este es el primer acercamiento del alumno con el mercado laboral y con sus futuros colegas, es necesario “observar y relacionarse, entablar relaciones de confianza y generar redes”, asegura.
Adicionalmente, es recomendable “considerar esta experiencia como una oportunidad de crecimiento personal y desarrollo profesional, ya que es una buena instancia para que el alumno sepa cuáles son sus debilidades y luego trabajar en ellas; no elegir la práctica basándose únicamente en el sueldo, sino que evaluando también la empresa y el tipo de funciones que va a desempeñar; y por último, tomar en serio esta etapa, debido a que puede abrir muchas puertas en el futuro”, asegura la ejecutiva.
Finalmente, es importante que los alumnos conozcan la importancia del proceso previo o de postulación. “Antes de comenzar a enviar solicitudes indistintamente a las empresas, es fundamental que tengan claro cuál es el rubro que más les gusta y empaparse de la cultura de la compañía a la que quieren pertenecer, considerando que este es el primer paso en el desarrollo de la carrera profesional que desean para su futuro. Una vez insertos en el sector y en la organización de mayor preferencia, los jóvenes deben enfocarse en realizar un buen trabajo, ya que esto puede derivar en conseguir su primer empleo formal”, concluye.