Gabriel Rovayo, PhD y presidente de EFQM- South America Pacific European Foundation For Quality Management.
Las crisis han existido siempre y siempre se ha logrado salir de ellas gracias a los emprendedores creativos y visionarios que hicieron la diferencia en medio de las tempestades.
Porque para capear un temporal es necesario ser valiente, creativo y ambicioso. Pues, precisamente hay varias cualidades imprescindibles que caracterizan a los emprendedores y más en tiempos de crisis. Aquí, algunas:
- Optimismo. Pero este optimismo es algo que se ha cultivado a través de tiempo y la paciencia. No se trata solo de repetir que todo estará bien, sino de saber cómo haremos para cambiar una situación adversa en una situación con posibilidades de solución. El optimismo por moda no funciona.
- Austeridad. Las crisis, por lo general, traen escasez y llega la hora de ahorrar y administrar los recursos con inteligencia. Se requiere tener los pies bien puestos sobre el cielo y fuerza de voluntad. Tan importante como ajustar los costos y los gastos al máximo es rebajar las expectativas. Gracias a eso aquel emprendedor que es austero contribuye a hacer un plan de empresa mucho más realista y pragmático.
- Paciencia. En la vida como en los negocios la paciencia es básica. Las crisis, sin duda, vienen acompañadas de lentitud. Las cosas se ponen lentas y eso puede traer desesperación. Pero esta lentitud puede ser aprovechada para replantear ciertos detalles que no funcionaron en el emprendimiento y para madurar alguna nueva idea. Pensar que en cuanto se empiece con una nueva oferta, producto o servicio van a empezar a ver resultados, estamos absolutamente equivocados. El término corto plazo debe ser desechado de nuestro vocabulario en tiempos de crisis.
- Capacidad de ver las ventajas. Quién diría, pero la mayoría de las veces, una crisis nos obliga ver oportunidades donde normalmente no las vemos. Muchas veces buscando optimizar los recursos y hacer más elástico el presupuesto, es posible encontrar mejor mano de obra, mejores y más asequibles materiales, para así poder ajustar precios y condiciones con los proveedores.
- Flexibilidad. Una característica básica de un emprendedor. Y más en tiempos difíciles. En estos se convierte en un ingrediente fundamental porque se debe saber adaptarse a las circunstancias, casi siempre adversas. Hay varias cosas que deben adaptarse en momentos como estos: la oferta de servicios y productos, los costos, entre otras cosas. Cuando se trata de una pyme o pequeña empresa es menos complicado, pero en todas las empresas es posible.
- Abrirse a las nuevas tecnologías. Un emprendedor de esta época le apuesta y aprovecha las herramientas que ofrece el mundo para realizar un marketing digital efectivo sin olvidar los métodos tradicionales.
- Visión global. Gracias a las nuevas herramientas tecnológicas, cada vez más avanzadas que ahora es posible explorar nuevos mercados desde la pantalla de nuestro computador, tablet o smatrphone. Un emprendedor global puede hacer que con sus conocimientos tecnológicos, su empresa pueda llegar a mercados aún no explorados ni saturados. Es importante no limitarse a los mercados locales, sino ir un poco más allá, a mercados menos cercanos, pero donde posiblemente la crisis no ha llegado.
- Buena disposición. Esto abarca el cuidar con esmero al cliente y a los proveedores. De las crisis resurgen sólo aquellos que lo hayan hecho bien y para eso es necesario cuidar mucho al cliente. Dar una atención más personalizada, aprovechando que el negocio está lento (típico de las crisis). Es necesario encontrar la manera de diferenciarse de la competencia. En materia de proveedores, es tiempo de renegociar algunos tratos con el objetivo de obtener un ganar ganar.
- Innovación. Los verdaderos emprendedores, cuando llega la crisis, saben sintonizar y hacer uso de las nuevas tendencias de mercado. Para hacer más clara esta premisa, podemos referirnos a la tendencia hacia todo lo que sea ecológico o green. Muchos ecoemprendedores nacieron de la crisis y no se han arrepentido de esto. Este es solo un ejemplo, pero sirve para explicar la necesidad de innovar tanto la línea de negocio como los productos de un emprendimiento en tiempos de crisis.
La crisis puede ser una gran maestra y dejarnos grandes aprendizajes, siempre y cuando el emprendedor esté dispuesto a no mantenerse estático y a permanecer abierto a los cambios. También es necesario expandir la mente hacia nuevas ideas o nuevos proyectos. Y, sobre todo, es fundamental no perder el norte y saber que, como todo en la vida, aún a las nubes más negras, poco a poco, se las lleva el viento.