El burnout es el resultado de un contexto poco saludable y de decisiones que están afectando nuestra salud y deteriorando la calidad de vida que llevamos adelante.
Probablemente la gran mayoría de las personas no tiene claridad sobre el significado del llamado “burnout”, también conocido como el síndrome del desgaste profesional, pero posiblemente son muchas las personas que lo han vivido o viven desde muy cerca.
Cuando el agotamiento por el trabajo llega a niveles límites el funcionamiento mental y físico se puede ver fuertemente afectado, generando en la persona la manifestación de diversas situaciones que nos pueden ayudar a determinar si estamos frente a una situación de “burnout” o bien de “stress”.
Es importante no confundir cualquier momento de agotamiento o carga laboral con un estado de burnout, ya que este síndrome es la expresión máxima que se puede alcanzar debido al quehacer laboral, y se expresa en cosas como cuadros de insomnio, fuertes dolores de cabeza, trastornos digestivos, manchas en la piel y, agotamiento entre otros factores.
Son muchos los factores que nos pueden empujar hacia un estado de agotamiento tan severo como este. En primer lugar la necesidad de cumplir con diferentes roles en el día a día, tanto en los planos sociales, familiares y laborales, pone sobre nosotros el “deber” de hacer una serie de actividades que muchas veces recargan nuestra programación semanal, quitando el tiempo necesario para acciones como el ejercicio, la recreación, dormir y el ocio, los cuales son cruciales en una vida sana y equilibrada.
La extensión de las horas que se está en tareas propias del trabajo también comienza a ganar terreno a otros planos personales que nos ayudan a tener una vida más relajada. Todo esto nos invita también a reflexionar sobre qué tipo de trabajo realizamos, y si aquel que ocupa nuestros días es verdaderamente el que nos gusta, motiva y deseamos seguir desarrollando.
Por lo tanto, si estás pensando que tu trabajo te da más presión de la que te resulta saludable, o conoces a alguien con alguno de los síntomas que comenté anteriormente, quizás sea el momento de revisar algunas cosas en el tipo de vida que llevas y tomar medidas al respecto.
Si te preguntas qué acciones puedes hacer para prevenir o revertir un estado de burnout, mi recomendación es comenzar por lo esencial, es decir, por establecer una vida donde estemos haciendo aquello que nos gusta, lo que nos resulta desafiante pero a la vez posible de concretar, para estimularnos continuamente a realizar aquello que nos gusta. No hay nada más relajante que hacer aquello que nos apasiona y no lo que nos dijeron que “tenemos que hacer”.
Por otra parte, es importante aprender a tomar pausas, tanto durante el día como a lo largo de la semana, y por supuesto, las vacaciones anuales que siempre nos ayudan a pensar en otras cosas y dan tiempo para relacionarnos con personas de nuestro entorno y compartir sobre otras temáticas y gustos.
Finalmente, se deben potenciar los pasatiempos como una manera de relajar la mente y poder cambiar lo que pensamos y sentimos durante la jornada laboral, por otras cosas que nos llamen la atención y nos ocupen.
El burnout es el resultado de un contexto poco saludable y de decisiones que están afectando nuestra salud y deteriorando la calidad de vida que llevamos adelante. Es por ello que para vivir mejor, debemos tomar nuevas directrices que nos acerquen a una calidad de vida que promueva el auto-cuidado, el crecimiento y el desarrollo permanente.
Texto escrito por Isaías Sharon, coach internacional y director ejecutivo de Smat Coach