Una de las misiones en esta etapa consiste en detectar las tendencias emergentes antes de que se establezcan y poder anticiparse a cualquier situación.
La multiplicidad y velocidad de los cambios trajeron aparejado un replanteo en la función de aquellos que deben gestionar el talento en las empresas. El proceso es aún más vertiginoso en las compañías multinacionales, ya que son las primeras en adoptar las nuevas tendencias, y sus áreas de Recursos Humanos deben estar a la vanguardia.
Pero si nada es constante, si nada permanece, si lo que predomina es la incertidumbre, ¿sobre qué capacidades y competencias trabajar? La pregunta que desvela a los responsables de esta tarea tiene, al menos, una primera respuesta: la clave sobre la cual trabajar es precisamente la capacidad de adaptación al cambio.
"Vivimos en un mundo en constante evolución. Hemos pasado de lo local a lo global, de lo físico a lo virtual, de la certeza a la incertidumbre", apuntan los expertos de Meta4, multinacional especializada en soluciones de gestión del capital humano, en su publicación El nuevo Director Corporativo de RRHH.
"Si la única certeza de estos tiempos es que todo cambia, no cabe el cerrar los ojos ante nuevas realidades emergentes. Hay que asir cada nuevo contexto, abrazarlo y no tener miedo", aconsejan en consecuencia.
Ese nuevo rol de quien encabeza la gestión del talento dentro de una organización, que es también una construcción permanente, contempla como misión fundamental en esta etapa detectar las tendencias emergentes antes de que se establezcan y poder anticiparse a cualquier situación.
¿Cómo se logra esto? No hay una fórmula mágica. Es fundamental profundizar los conocimientos, no solo a través de los canales formales, sino también abriendo el juego a las nuevas plataformas de comunicación. Allí se difunden y comparten de manera creciente contenidos de alto valor para la gestión, con una dinámica mucho más ágil e inmediata que la ofrecida en ámbitos más tradicionales.
También debe saber el responsable de los recursos humanos que en estos tiempos los indicadores que surgen de su departamento se han tornado fundamentales para la toma de decisiones de la alta dirección. Por esa razón, su labor, además de ser más compleja, es también más crítica.
A la vez, el objetivo de conseguir que las acciones de Recursos Humanos sean asumidas como propias por toda la organización se ve facilitado en este nuevo escenario por los indicadores analíticos, muy útiles para demostrar el ROI (retorno de la inversión) a nivel interno.
Por último, otra de las misiones tradicionales que continúa en la cúspide de las prioridades es impedir que existan desfasajes entre las tareas asignadas a los empleados y su nivel de formación para desempeñarlas.
Pero también aquí surgen cambios. Ahora, los métodos tradicionales de capacitación se complementan con nuevas herramientas como moocs, e-learning, webinars o wikis, entre otras, como parte de un entorno formativo global.
Todas estas consideraciones van definiendo, en diversos aspectos, el perfil del nuevo Director Corporativo de Recursos Humanos. Se trata de una posición que, cada vez más, se encuentra permanentemente en el radar de los CEOs. Por lo tanto, el compromiso y la exigencia son mayores. Con la recompensa, claro, de jugar un rol sustancial en los destinos de la compañía.