El sistema de frenado de emergencia autónomo ha sido alabado por su capacidad de evitar accidentes.
Blogthinkbig.com | La automoción, una industria que lleva más de un siglo en evolución, ha tenido siempre la seguridad en el punto de mira. Este aspecto ha sido uno de los más relevantes y donde tradicionalmente se viene invirtiendo. Los vehículos de los años 20 eran meras cáscaras que, si tenían un accidente a alta velocidad, resultaban fatales.
Los diseños mejoraron y cada vez había automóviles más robustos, capaces de soportar mejor los golpes. Aun así, no fue hasta mediados de los años 50 cuando Ford introdujo el cinturón de seguridad. Sus modelos empezaron a llevar este equipamiento, rescatado de una vieja idea propuesta una década atrás. En realidad, el sistema ya se usaba desde los años 30 en aviones, pero tardó en incorporarse a los coches. De hecho, su introducción fue muy paulatina, hasta el punto de que solo décadas más tarde fue obligatorio fabricar vehículos con cinturón en todos los asientos.
Desde esta invención no ha habido medida de seguridad en un vehículo que iguale al cinturón de seguridad. Ni el freno ABS, ni el airbag, ni la carrocería deformable pueden equipararse. Sigue sin haber algo que se ponga a su nivel, sin embargo, ya existe una tecnología que supera a todas las demás. Se trata del AEB o frenado de emergencia autónomo.
El AEB es un sistema capaz de frenar de forma automática cuando va a ocurrir un accidente y el conductor no se ha percatado de ello. Si existe un riesgo alto de que vaya a suceder la colisión, el coche frena por sí solo. Esta tecnología, que parece propia de los coches autónomos, ya está presente en varios modelos actuales.
De hecho, el laboratorio especializado Thatcham Research ha calificado el AEB como el mayor adelanto desde el cinturón de seguridad. Como muestra de su efectividad se pueden tomar los datos del Volvo XC90, uno de los pioneros en incorporarlo. En Reino Unido se vende desde 2002 y a estas alturas se han despachado 50.000 unidades. En estos 16 años ni una sola persona ha muerto conduciendo este vehículo.
La tecnología consiste en el empleo de radares, cámaras o LIDAR, incluso se pueden combinar los tres sensores. Así se detectan los objetos cercanos y cómo estos se van acercando. Por otro lado, el sistema AEB maneja la información de la velocidad a la que se conduce y la trayectoria. De esta forma, prevé el camino que seguirá el coche.
Si el sistema estima que existe posibilidad de una colisión actúa de la siguiente manera. Primero avisa al conductor, lo alerta mediante un pitido y, a veces, de otros estímulos. Si el conductor no toma ninguna acción o no lo hace a tiempo, el AEB frena por sí solo. Esto únicamente lo hace cuando el choque es inminente. El objetivo es que la colisión se produzca a menor velocidad.
Algunos sistemas AEB solo funcionan a bajas velocidades. Son equipos preparados para evitar los pequeños choques en ciudades, a velocidad por debajo de los 50 km/h. Pero otros funcionan incluso en autopistas.