A través de un simple ejercicio, se propone aprender a observar y cultivar tus entornos.
Podríamos pensar en los jardines y seguro que coincidimos que, si queremos lindas plantas, vivas, vistosas, necesitamos darle cuidados y atención, y para ello tenemos que buscar y conocer que fertilizante usar, que cantidad de agua o sol necesitan diariamente, etc.
Nosotros ponemos nuestra parte y la naturaleza también, es decir, no es solo nuestro aporte, pero si no lo hiciéramos no sería lo mismo.
De igual manera, sucede en los entornos donde nos relacionamos, para que crezca de una manera sana en relaciones tenemos que prestarle cuidados y atención. ¿Cómo están tus entornos? ¿Qué cuidados y atenciones tienen de tu parte?
Un ejercicio que se puede hacer es observar tus entornos y subirlos de categoría, es decir, aumentar tu satisfacción en la relación.
Para ello es conveniente que te detengas en aquellas personas que a simple vista, no son tu estilo o como solemos decir no tenemos piel.
Una vez que tengas a esa persona:
- Busca temas en el que sí coinciden, te puedo asegurar que los encontrarás (has escuchado la frase "el mundo es un pañuelo..."), piensa, por ejemplo, son padres o madres de hijos adolescentes o de niños chicos (habrán muchas situaciones que viven parecidas). Son personas que conocen un lugar determinado, porque alguna vez viajaron o vivieron en lugares cercanos. Busca opciones que no tengan que ver con el trabajo o el tema que compartan, sino más bien temas que tengan en común fuera del entorno profesional o laboral.
- Hablar con esa persona de esos temas que tienen en común, de las situaciones en común, de las experiencias en común. Verás cómo esto, permite entablar una relación desde otro lugar, permite cultivar una nueva formar de relacionarte con esa persona
Construir una relación con las personas de nuestro entorno buscando cosas que tenemos en común, nos permite fortalecerlo y llevarlo a una categoría más alta. De esta manera, cuando necesitemos resolver un problema o situación donde sí hay diferencia, podremos focalizarnos mejor en la situación puntual y no en la persona, ya que sentiremos que hemos coincido en otras cosas.
Cuidar nuestro entorno no es mágico, tenemos que dedicarle cuidado, atención y tiempo. Crear estos puentes nos propiciará crecer en relaciones humanas, sentirnos más libres a la hora de hablar de temas ásperos y ser más eficientes en la resolución de diferencias.