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Cómo impacta el diseño de los espacios de trabajo en el rendimiento laboral de las personas
Viernes, Julio 28, 2017 - 09:46

Subestimar el rol que juega el espacio de trabajo en la forma de sentirnos y realizar nuestras actividades es un error.

Los profundos cambios que se vienen produciendo en el mundo laboral han transformado el espacio de trabajo. El diseño de la oficina ha evolucionado desde un modelo pasivo hacia el concepto de espacio de trabajo como herramienta de apoyo activo a las tareas que se desarrollan. En este nuevo paradigma se promueven los entornos que favorecen la movilidad y el principio de “no territorialidad”.

En una oficina no territorial, nadie tiene un puesto fijo. A medida que transcurre el día, las personas irán ocupando distintos espacios de acuerdo con su propia agenda y con las características del trabajo que estén llevando a cabo. La razón de esta tendencia está en una mejor utilización del espacio, la reducción de los costos, los avances de la tecnología que permiten una mayor flexibilidad, y la posibilidad de crear un entorno que facilite la colaboración y la innovación.

Mientras que en las oficinas tradicionales, donde la gente pasa una tercera parte del día anclada en su escritorio, el puesto de trabajo se transforma en un territorio personal, en las modalidades de trabajo no territoriales, la expresión de estas señales físicas se dificulta debido a que los espacios están destinados a ser utilizados por distintas personas. De esta forma, los empleados pierden la capacidad de personalizar y marcar los límites de su entorno, de expresar su identidad y de apropiarse del espacio, justo lo contrario de lo que sugiere la nueva evidencia.  

Subestimar el rol que juega el espacio de trabajo en la forma de sentirnos y realizar nuestras actividades es un error. Así lo señalan numerosos psicólogos organizacionales de la Universidad de Exeter, Inglaterra, para los cuales el diseño del espacio de trabajo no sólo afecta el bienestar de las personas sino que también influye en su satisfacción, su rendimiento y su compromiso con la organización.

Carolina Pérez, gerente general para Chile de la empresa regional Contract Workplaces, especializada en diseño y habilitación de espacios de trabajo, comenta que “para que un espacio sea exitoso, las personas necesitan interactuar con él, hacerlo propio. El lugar donde trabajamos no sólo es el lugar donde se desarrollan las tareas, también posee una importante carga simbólica que influye sobre la propia identidad de los trabajadores y definirá su sentido de pertenencia y el compromiso que asuman con la compañía”.

Recientes investigaciones en psicología ambiental corroboran que conferirles a los empleados más participación en la toma de decisiones  sobre el diseño del espacio de trabajo también aumenta la percepción de control que los trabajadores tienen sobre su entorno, lo que lleva a una mayor satisfacción y productividad. Contar en la oficina con elementos tales como sillas y puestos de trabajos ajustables, equipamiento móvil, iluminación graduable, control de temperatura, lugares de reunión formal e informal, salas para fomentar la imaginación donde los trabajadores puedan recostarse y pensar tranquilamente, son altamente valorados por los empleados de cualquier empresa.

Elementos como la iluminación adquieren mucha importancia en el espacio de trabajo. “Lo óptimo es trabajar en ambientes con abundante luz natural y con vistas al exterior”, comenta Pérez. Otro elemento fundamental es la acústica, ya que una persona consume casi un 20% de su energía para concentrarse en un ambiente con ruido. Lo ideal es “que se ofrezca al trabajador la posibilidad de aislarse acústicamente, y en donde la privacidad, la inteligibilidad y el ruido de la oficina estén equilibrados armónicamente”, agrega la ejecutiva.En conclusión, si una organización decide adoptar un modelo no territorial es importante que considere no solo la eficiencia y la reducción de costos que trae aparejada la estrategia, sino también el bienestar físico y psicológico de las personas que allí trabajan.

“La clave está en lograr el equilibrio, brindando alternativas que les permitan a los colaboradores identificarse con el espacio de trabajo, integrarlo a su experiencia vital y dejar su propia impronta”, señala Pérez.

“En estos tiempos de dura competencia por retener al personal más talentoso y conseguir colaboradores productivos y satisfechos, las empresas deben aprovechar al máximo la sinergia de todos los elementos de los que dispone para lograrlo. En este escenario, el espacio de trabajo se revela como una herramienta de gestión cada vez más importante para contar con una equipo motivado y comprometido”, resume la ejecutiva.

FOTO: PEXELS.COM

Autores

AméricaEconomía.com