Antropólogos descubrieron que el cuerpo se adapta a la falta de recursos y sacrifica los tejidos menos importantes.
Antropólogos británicos han encontrado evidencia de que las duras condiciones en las alturas afectan el crecimiento de los huesos. Un artículo publicado en Royal Society Open Science, señala que los nepaleses, que viven permanentemente a una altitud de más de 3.500 metros, tienen brazos más cortos que los que residen en los valles.
Los montañeses se adaptan a condiciones naturales severas: hipoxia, bajas temperaturas y falta de nutrientes. Según la hipótesis del fenotipo económico, en las personas que no tuvieron suficientes nutrientes en la infancia o durante el desarrollo embrionario, algunos órganos o tejidos no se desarrollan correctamente. El cuerpo se adapta a la falta de recursos y sacrifica los tejidos menos importantes a favor de los más importantes, en particular, el cerebro.
Como lo han demostrado los investigadores de la Universidad de Cambridge en un trabajo anterior, la hipótesis se comprobó en los niños peruanos menores de 14 años que viven en los Andes. En comparación con los habitantes de las llanuras, los andinos tenían brazos y piernas cortas. Según los científicos, los habitantes de los Andes conservaron funcionalmente las áreas más importantes del cuerpo, sacrificando las menos importantes.
En un nuevo trabajo, los investigadores de la Universidad de Cambridge y de la Universidad John Moore en Liverpool decidieron estudiar la morfología de los nepaleses que viven en las llanuras y las montañas. Los científicos sugirieron que dado que el clima en los Himalayas es más severo que en los Andes, las diferencias morfológicas entre los habitantes de las alturas y las llanuras deberían ser mayores.
Los autores del artículo midieron el crecimiento y las proporciones de los brazos en 254 hombres y mujeres de 18 a 59 años. 71 participantes del experimento vivían en las inmediaciones de los Himalayas, a una altitud de aproximadamente 1.400 metros sobre el nivel del mar. 183 personas vivían en las montañas, a una altitud de más de 3.500 metros. Todos los participantes del experimento eran Sherpas, todos siguieron una dieta similar y tuvieron un nivel similar de actividad física. Los resultados mostraron que, en promedio, la longitud de los brazos de los residentes de las alturas era 1-3 centímetros menor que la de los sherpas comunes.
Recientemente, una investigación de la Escuela de Medicina de Harvard encontró que las poblaciones que vivían en los Andes de Perú tienen una variante genética que los hace tene una estatura promedio menor a dos centímetros.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma