Logre ser su aliado más fiel y además indispensable.
Desde siempre los empleados se suelen quejar que tienen malos jefes o que la relación entre ambos no resulta satisfactoria. Sin embargo, existen soluciones que apuntan a volverse su aliado y también muy valioso.
En un artículo en Entrepreneur.com, se indica cómo cambiar la percepción que tiene de usted su jefe y cómo sacar una ventaja de eso.
En un escenario donde la oficina sería una especie de infierno y el jefe un demonio, el Aikido podría ser la perfecta analogía para lograr sobrevivir a esta cruel experiencia. Lo principal en estos casos es fluir con el movimiento del oponente, averiguando sus miedos y deseos secretos. Por lo tanto, es conveniente averiguar quién es su jefe y qué quiere.
Una vez que se conocen estos datos es importante volverse un aliado y alguien valioso para él. Para esto se debe complacer al jefe. Así él lo verá como aliado, que ayudará a que gane influencia, permitiendo que al mediano o largo plazo consiga lo que se ha propuesto. Y esto es fundamental, porque mientras el jefe vea que usted puede ayudarle a solucionar los problemas, habrá pasado a otro nivel.
En esta manipulación, debe soportar los enojos de su jefe. Poco a poco, será quien evite los desastres.
Un maestro de Aikido no busca demoler al adversario sino que desviar posibles daños y, al hacerlo, obtener la ventaja.