Toda actividad profesional o técnica tiene requerimientos de carga física, mental y psíquica que varían en proporción a las exigencias impuestas por las diferentes tareas.
Según consultores de Willis Towers Watson, al considerar este tema, inicialmente se piensa en realización de esfuerzos físicos, sin embargo los mentales son relevantes y en especial aquellos que mezclan los dos aspectos de manera simultánea, donde se está más propenso a presentar síntomas de fatiga o stress.
Como un ejemplo tenemos al personal de salud, específicamente el de enfermería, en que los requerimientos de carga física y mental simultánea son una constante en la prestación de la atención a pacientes. Los ritmos intensos producen mayor demanda de esfuerzo físico y mental, y puede ser riesgo de accidentes.
El desempeño está directamente relacionado con la aparición de eventos adversos que pueden derivar del acto clínico e inciden en la seguridad clínica y por lo tanto en el bienestar del paciente de manera no intencional. También repercute en la generación de accidentes y/o enfermedades laborales. Se han registrado altas tasas de errores y accidentes laborales asociados a la prestación de servicios de salud.
Así, la fatiga relacionada con la ocupación, es una manifestación común entre el personal de salud, con una prevalencia variable reportada entre 10% y el 40%. Los ritmos intensos producen mayor demanda de esfuerzo físico y mental, por lo tanto, fatiga y riesgo de accidentes.
Como posibles causas están cambios de patrones de sueño y la alteración del ritmo diario, la fatiga mental, las demandas emocionales y sus implicaciones en el rendimiento y en la seguridad.
También se ha considerado la baja remuneración, que, además de producir desmotivación y poca adhesión a los métodos de trabajo, induce al trabajador a prolongar su jornada en horas extra y/o trabajos alternos, lo que aumenta significativamente la presencia de síntomas asociados a fatiga y una menor capacidad de responder a eventualidades.
Para prevenir la fatiga y la aparición de problemas musculo esqueléticos derivados del esfuerzo físico, se deben adoptar medidas de control sobre:
- Postura: Promover variedad de posturas y movimientos, considerando ángulos de confort, efecto de la gravedad y duración.
- Movimientos: Un segmento corporal que se hace trabajar en ciclos cortos y de forma mantenida en el tiempo, con requerimientos de fuerza y/o con posturas forzadas aumenta el riesgo de generar lesión.
- Fuerza: Los planos y las zonas en las que se realizan acciones de manipulación manual de carga, así como el peso, la frecuencia de los esfuerzos y las posturas adoptadas determinan el nivel de riesgo.
- Tiempo de exposición: Promover esquemas de rotación de tareas que aumenten la variedad y el dinamismo de posturas, fuerzas y movimientos, involucrando periodos de recuperación.
- Factores Organizacionales: Las jornadas laborales, el ritmo de trabajo, los periodos de descanso, el nivel de entrenamiento y capacitación, la organización del proceso, su nivel de automatización y factores ambientales son factores moduladores de la carga física.
Pequeños cambios pueden lograr grandes diferencias a la hora de mitigar los efectos del agotamiento laboral, sobre todo en estas fechas de fin de año, donde se suman el stress de cerrar el año profesional, fiestas de fin de año y preparaciones.