El principal problema es de percepción: la capital había logrado posicionarse en el sector de turismo de negocios, pero además como un vibrante centro de actividades culturales y espectáculos.
Los primeros datos son duros, durísimos: la ocupación hotelera estaba por encima de 65% en la Ciudad de México antes del sismo. Ha bajado a 25% y se espera que descienda hasta 10% en el fin de semana.
Es normal, pero triste: ha habido cancelación de eventos y convenciones. Por estos días, la Ciudad de México es todo menos un polo de atracción turística. El esfuerzo se concentra en poner a la capital de pie y comenzar a sanar las heridas. Vendrán semanas muy complicadas para la actividad turística y, en noviembre, la primera prueba de fuego: el Gran Premio de Fórmula 1, que vivirá su tercera edición en México. El año pasado esta actividad generó una derrama económica de US$ 675.000 millones.
¿Podrá igualarse la cifra del año pasado? Hace una semana, el objetivo era superarlo. Ahora, sería un éxito si se consigue una cifra parecida. Lo mismo pasa con el turismo correspondiente al final del 2017 y el primer trimestre del 2018. El problema no es que haya graves daños en la infraestructura del sector. De 300 hoteles de calidad turística, sólo seis fueron evacuados porque sufrieron daños. Hay 15 más que se encuentran en evaluación.
El principal problema, desde el punto de vista de la actividad turística, es de percepción: la Ciudad de México había logrado posicionarse en el sector de turismo de negocios, pero además como un vibrante centro de actividades culturales y espectáculos. En estos momentos, el primer sentimiento que produce la ciudad es de solidaridad y empatía por el momento difícil que estamos pasando. Los habitantes no estamos, tampoco, para mostrar nuestro lado hospitalario en la atención de los turistas. Son días de guardar.
¿Cuánto tiempo tardará en volver la “normalidad”? No hay reglas ni recetas. Los más optimistas apuestan porque esto ocurrirá en pocas semanas. ¿Cuánto tiempo tardarán los turistas en borrar de su mente las imágenes de la tragedia y en volver a asociar la Ciudad de México con alegría, risas y fiesta? Esto dependerá de la rapidez con que se produzca el proceso de normalización en la vida de la ciudad, pero también de la forma en que se “exporte” la imagen de México, después del temblor. Por ahora, predominan las imágenes de escombros y las historias humanas, con su cuota de drama y heroísmo.
¿Qué tanto afectará la situación de la capital al resto del país? Hay razones para estar moderadamente optimistas porque sobran los destinos que tienen una dinámica propia, como la Riviera Maya, Los Cabos, Puerto Vallarta, San Miguel de Allende... De cualquier modo, no hay que perder de vista que la Ciudad de México es el segundo principal destino de México, sólo después de Cancún. Es, además, la puerta de entrada de muchos turistas que se dirigen a otros puntos.
La preservación de la salud de la actividad turística es muy importante para México porque se trata de un sector que aporta 8,5% del PIB y genera más de 9 millones de empleos. El turismo ha crecido a una tasa mayor a 10% anual en el último lustro y se ha convertido en una locomotora que “jala” a otros sectores. Produce más divisas que el petróleo.
Japón invirtió una fortuna para reposicionarse después del terremoto y tsunami en Fukushima. Regaló 10.000 boletos de avión e hizo promociones. México deberá hacer algo... a su debido tiempo. ¿Cuál es el mejor timing? Me dicen que el Consejo de Promoción Turística ya empezó a trabajar en su plan de “reconstrucción”.