Pasar al contenido principal

ES / EN

Cómo podrían cambiar los seguros médicos en México
Martes, Mayo 15, 2018 - 07:30

Las propuestas del sector fueron planteadas en la reciente convención de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros.

La industria aseguradora que opera en México se está tomando muy en serio la decisión de transformar los seguros médicos privados en el país y hacerlos empatar con la seguridad pública. Y es que tal como va la tendencia, los actuales seguros de salud no tienen futuro. Su creciente encarecimiento es insostenible y la opción obligada es una verdadera colaboración entre el aseguramiento público con el privado como sucede en otras economías del mundo.

Las propuestas del sector en este sentido fueron planteadas durante la reciente convención de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) por el exsubsecretario de Salud, el doctor Eduardo González-Pier, uno de los más reconocidos especialistas en economía de la salud.

La primera es en torno a deducibilidad. De entre las propuestas que la industria de seguros está presentando a los candidatos y que sostendrá durante el próximo gobierno está la eliminación del tope de deducibilidad del aseguramiento médico privado.

Este tope se impuso hace algunos años por motivos recaudatorios, pero resulta contraproducente al ser un desincentivo para que la población adquiera seguros médicos en un momento en que el país tendría que estimular mayores coberturas para eficientar los costos en salud.

Otra propuesta es actualizar la regulación para lograr una relación más estrecha entre seguros públicos y privados. Para ello, algo vital sería establecer un paquete único de intervenciones reembolsables por el gobierno, es decir que tanto IMSS, ISSSTE, Pemex, etc homologuen sus paquetes de atención, lo que llevaría a tener la misma política de coberturas. Esto es algo que se vislumbra un poco complicado de lograrse dadas las negociaciones necesarias con los sindicatos de cada institución, pero es claro que se necesita.

Una tercera propuesta del sector asegurador es permitir seguros complementarios a los de la seguridad social, es decir que los afiliados del IMSS, por ejemplo, puedan adquirir primas privadas que complementen la cobertura que les da el IMSS. 

Una cuarta propuesta de AMIS es que se permita al sector privado participar en la gestión de la atención de pacientes en ciertos segmentos, por ejemplo en enfermedades crónicas. Que en vez de esperar a que el paciente llegue a urgencias del hospital -cuando ya tiene complicaciones-, que instancias privadas puedan salir a buscar a esos pacientes antes de que se compliquen, y así trabajar en detección temprana para a larga reducir costos. De igual manera, las empresas privadas pueden tener un espacio creciente en cuidados de largo plazo que en México no se planean, pero por ejemplo en países europeos, un 20% del gasto total en salud es destinado a cuidados de largo plazo. 

Esta interesante propuesta de AMIS sería una respuesta directa para reducir los costos de los cuidadores informales en casa que son poco vistos, pero que ya se han contabilizado en alrededor del 1% del Producto Interno Bruto (PIB). Son por lo regular mujeres -madres, hijas, hermanas o esposas- que se quedan en casa a atender al familiar enfermo con un costo de oportunidad laboral y social que va en ascenso conforme la tendencia creciente de las enfermedades crónico-degenerativas.

En este escenario es que la industria aseguradora está repensando por completo el seguro médico, y lo hace bajo cinco estrategias delineadas por el doctor González-Pier:

1. Abrir el mercado a nuevas poblaciones y coberturas complementarias.

2. Transitar del esquema tradicional de gastos médicos mayores/reembolso a esquemas de seguros de atención médica integral.

3. Introducir incentivos a la prevención

4. Desarrollar el papel de los seguros como integrador/comprador estratégico de servicios y reducir las barreras a la contención de costos.

5. Participar activamente en la nueva regulación del sector obligada por la evolución de la ciencia médica.

Autores

Maribel R. Coronel / El Economista